La Audiencia de Palma cree que citarla solo causa morbo y sostiene que aunque conociese los negocios ilícitos de su marido no supone que participase en ellos
13 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.Reclamar la imputación de Cristina de Borbón en el caso Urdangarin con las pruebas que actualmente obran en la causa no es más que una maniobra «grandilocuente», «cuando no demagógica», y que solo «facilita morbosa publicidad» a este proceso judicial. Estos son algunos de los argumentos centrales utilizados por la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca para desestimar la petición del seudosindicato ultraderechista Manos Limpias de llamar a declarar a la hija menor del rey para responder por su coparticipación en los negocios supuestamente irregulares realizados por su marido al frente del Instituto Nóos.
El tribunal resolvió desestimar el recurso de apelación interpuesto por la acusación popular contra la negativa, expuesta ya por dos veces, del juez José Castro de vincular a la infanta a esta causa. El instructor, primero el día 5 del pasado marzo y el 13 de ese mismo mes, rechazó imputar a la esposa de Urdangarin porque hacerlo, entre otras cosas, sería «estigmatizarla» sin que hubiera «indicios objetivos de criminalidad en su contra». Entonces, el juez, con el apoyo de la propia Fiscalía Anticorrupción, sostuvo que la participación de la duquesa de Palma en empresas como la inmobiliaria Aizoon -usada para vaciar los fondos de Nóos- era solamente a «nivel societario».
Ahora, los magistrados Eduardo Calderón, Juan Jiménez y Mónica de la Serna hacen «esencialmente» suyos los «prolijos» argumentos de Castro, pero incluso van más allá. Aseguran que los «indicios» aportados por Manos Limpias para solicitar la imputación «no son tales o son de una manifiesta debilidad o inconsistencia». Según la Audiencia de Palma, las pruebas para acusar a la infanta Cristina de Borbón son «insuficientes» y su «relación matrimonial» con el principal imputado del caso Nóos no es causa suficiente para imputarla.
La sala recrimina a Manos Limpias, única acusación que reclama que Cristina de Borbón se incorpore a este sumario, su «falta de concreción» a la hora de describir los hechos delictivos en los que supuestamente estaría involucrada la hija menor de don Juan Carlos y doña Sofía, al punto de que no se citan ni los preceptos penales que presuntamente habría violado la infanta. «Conocer [las supuestas irregularidades cometidas por el duque de Palma] no significa participar [en esas actividades]», recuerda el tribunal al seudosindicato acusador, al que reprocha por «inadmisible» que use un «procedimiento penal para facilitar morbosa publicidad». Manos Limpias, sin embargo y así lo manifestó en el último recurso que interpuso, insistía en que la infanta fue «beneficiaria directa» de las irregularidades de Iñaki Urdangarin porque fue «actora directa» por «encubrimiento, complicidad o cooperación necesaria» en los negocios llevados a cabo por su marido.
Socia y secretaria de Aizoon
Los argumentos que no convencen a la Audiencia y que la acusación popular esgrimió fueron que la infanta era la propietaria al 50 % y secretaria de Aizoon, la principal sociedad usada por Urdangarin para desviar el dinero público que llegaba a Nóos; que era vocal del propio instituto; que su secretario personal, Carlos García Revenga, era el tesorero de la entidad sin ánimo de lucro; que la «unidad familiar» del matrimonio Urdangarin operaba con «caja única»; que Cristina de Borbón dispuso de dinero de la caja de las «sociedades mercantiles defraudadoras»; que la hija del rey tenía que ser obligadamente «conocedora de las argucias financieras» de su marido para evadir impuestos; que participó en eventos donde se concedían subvenciones a las entidades ahora bajo sospecha; y que estuvo presente en la «contratación fraudulenta» del servicio doméstico para la residencia familiar a nombre de la mencionada inmobiliaria.
La situación procesal de Ana María Tejeiro -mujer del socio en Nóos de Urdangarin, Diego Torres, y que sí está imputada- ha suscitado reiteradas quejas de Torres sobre el trato diferencial dispensado a las esposas.