El líder socialista atribuye la derrota socialista en Galicia a que los votantes no visualizaron una alternativa clara de gobierno a Feijoo
25 oct 2012 . Actualizado a las 10:50 h.Ni va a dimitir ni va a adelantar las primarias para la elección del candidato a las generales. Tres días después de la debacle electoral de los socialistas en Galicia y el País Vasco, Alfredo Pérez Rubalcaba compareció ayer en una larga rueda de prensa para decir rotundamente que no va a marcharse. Aseguró que fue elegido secretario general por sus compañeros hace ocho meses, por un mandato de cuatro años, para recuperar la confianza perdida por el PSOE mediante un proyecto alternativo al de la derecha, y esa es la tarea que va a cumplir «hasta el final». Por si quedaban dudas, remachó que su intención «inequívoca» es llegar al 2016. Rubalcaba señaló que nadie le ha pedido la dimisión -«nunca, ni en el despacho ni por teléfono, ni siquiera por un tuit»- y tampoco a él se le ha pasado por la cabeza presentarla.
Además, presumió de contar con un apoyo «muy amplio» en el partido, como se demostró hace un mes cuando el comité federal refrendó de forma «abrumadora» su línea de oposición. Solo se iría si se lo pide la mayoría del PSOE. Rechazó la posibilidad de adelantar las primarias y no esperar al 2015, como en su día plantearon algunos barones, porque ahora «no tocan» y se celebrarán cuando lo decida el comité federal. Señaló que sería un «irresponsable» si estuviera preocupado por si va a ser o no candidato, cuando lo importante es una grave situación económica que está provocando la angustia de los ciudadanos.
Fue una comparecencia medida, para la opinión pública, pero sobre todo dirigida a su propio partido. Consideró normal que haya dirigentes que no estén de acuerdo con su política, pero lanzó una andanada contra quienes le han criticado a través de los medios de comunicación. Y les pidió que sean valientes a la hora de formularlas y le digan «cara a cara lo mismo que en los teletipos». Reclamó «honestidad intelectual» para acometer el debate «profundo» que exige la crisis económica, institucional, territorial y social que padece España. «Decir que hay que profundizar en los cambios está muy bien, el problema es cuando tienes que poner letra pequeña a eso», matizó.
«Desplumado»
Admitió Rubalcaba que muchos ciudadanos «piensan que el PSOE no tiene proyecto alternativo y algunos no están dispuestos a escucharlo porque ha pasado muy poco tiempo desde que nos fuimos del Gobierno». En tal sentido, dijo que tras el batacazo electoral su conclusión es que el PSOE debe «correr más, pisar el acelerador» para diseñar una alternativa al Gobierno de Rajoy, porque esta legislatura no es normal y los ciudadanos quieren visualizarla ya. Hizo una alusión a la herencia recibida de Zapatero, que ha propiciado el «ciclo electoral negativo». «Una medida de Gobierno puede dar al traste con la confianza, que tarda muchísimo en recuperarse», afirmó.
En estos meses, admitió, se ha dejado «algunas plumas» haciendo una oposición que no satisface a buena parte del PSOE y ahora se siente «un poco desplumado». Defendió su línea de buscar acuerdos, pero avisó de que el tiempo para los mismos «se va acabando» por culpa del Gobierno; así, anunció que su oposición será «dura y firme» cuando haga las cosas mal y «mucho más dura» si inflige dolor a los ciudadanos, pero seguirá apostando por los pactos.