La multitudinaria y trágica fiesta de Halloween celebrada en Madrid deja a otras dos jóvenes ingresadas en estado crítico, una de ellas menor de edad
02 nov 2012 . Actualizado a las 15:49 h.Tres chicas de 18 años murieron asfixiadas por aplastamiento en la madrugada de ayer en Madrid durante una avalancha registrada en una fiesta de Halloween que se celebraba en el Madrid Arena, un recinto de propiedad municipal alquilado para la ocasión a la empresa Diviertt, especializada en la organización de este tipo de eventos. Otras dos chicas permanecen ingresadas en el hospital en estado crítico. Las primeras investigaciones apuntan a que el detonante de la avalancha mortal fue el estallido de una bengala y varios petardos en un pasillo de un vomitorio que comunica la pista del recinto con las escaleras de acceso a una planta superior.
Creyeron que eran disparos
Las detonaciones y el humo generado por las explosiones hicieron creer a muchos jóvenes que se trataba de disparos, lo que provocó el pánico de una multitud de personas que trataron de salir del interior del local y quedaron atrapadas. A pesar de la gravedad de los hechos, la mayoría de los asistentes a la fiesta no fueron conscientes de lo ocurrido. De hecho, las fuerzas de seguridad decidieron, tras personarse en el lugar de los hechos, no desalojar inmediatamente el recinto para no aumentar el peligro de otra avalancha por una situación de pánico. La evacuación se produjo lentamente, en una maniobra que se prolongó hasta las siete menos diez de la mañana.
Las fallecidas son Katia Esteban Casielles, nacida en 1994 en el municipio madrileño de Daganzo; Rocío Oña Pineda, nacida nacida en 1994 en Madrid; y su amiga Cristina Arce de la Fuente. Las dos que permanecen ingresadas son María Teresa Alonso Vinateo, nacida en 1992, y Belén Langdon Real, de 17 años. El primer aviso a emergencias se produjo a las cuatro y cinco de la madrugada. El personal sanitario llegó dos minutos después y halló a cinco chicas en parada cardiorrespiratoria. Dos de ellas fallecieron en la enfermería del recinto tras recibir durante 30 minutos masaje cardíaco. Una tercera murió cuando era trasladada al hospital. De las otras dos, una permanece ingresada en estado crítico con respiración artificial tras recuperarse de la parada después de las maniobras de resucitación. La otra está en estado menos grave, aunque sufrirá secuelas físicas tras haber padecido una anoxia (falta de oxígeno) y un aplastamiento torácico.
El Madrid Arena acogía la velada Thriller Music Park, en que, en una ambientación de terror, se ofrecían conciertos de música electrónica. La entrada costaba 25 euros y por otros 10 se podían tomar tres consumiciones.