El expresidente consultaba su futuro a la bruja Adelina

La Voz

ESPAÑA

14 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

De los dos confidentes, es Philip MacMahan Bolich el que está dispuesto a tirar de la manta con más desparpajo. La Policía asegura que el norteamericano afincado en Andorra tiene intención de colaborar porque su situación económica es muy delicada, después de que la jueza andorrana María Angels Moreno, a petición de la Audiencia Nacional, le haya bloqueado cuatro millones de euros que tenía en nueve cuentas a raíz de su imputación en el caso Pretoria.

De acuerdo con las «autoridades de Andorra», McMahan quiere un «intento de acuerdo» para «reconducir su actual situación procesal». Lo que reclama es «que le liberen la imputación, que pueda recuperar el dinero trabado, ya que su actual situación económica es muy mala y se siente abandonado y traicionado por todos, en especial por el propio Pujol».

Philip McMahan Bolich fue, según las investigaciones policiales, directivo de Banca Catalana y trabajó a las órdenes de Francesc Cabana, cuñado de Jordi Pujol. De acuerdo a su testimonio ante los agentes, tenía una relación personal bastante estrecha con el expresidente de la Generalitat, al punto de que llegó a «comentar cosas de la vida privada» del veterano político. Entre estas, que Pujol «creía en las brujas y él mismo se encargó de llevarle a una bruja llamada Adelina».

La hechicera, conforme a relato policial, debe tener ahora en torno a los 80 años y vivía en «las montañas» de la parroquia de Engolasters Engordany, en Les Escaldes, el segundo municipio de Andorra. La bruja hacía una serie de conjuros para «predecir el futuro por el método de frotar por la espalda y el cuello y luego romper un huevo». Si al romper el huevo «aparecía negro» es que se había llevado «la energía negativa»de la persona conjurada, siempre según el texto de los investigadores. Según la declaración de McMahan Bolich a los agentes de la UDEF, Pujol «llegó a estar tan obsesionado» con la bruja Adelina que «cada vez la hacía venir más de seguido (sic) y cada vez le pagaba más por adivinar su futuro».