El duque volverá a declarar el 23 de febrero para aclarar esos movimientos y los tres delitos fiscales de los que le acusa Anticorrupción y Hacienda
24 ene 2013 . Actualizado a las 12:00 h.Iñaki Urdangarin volverá a hacer el paseíllo en los juzgados de Palma el sábado 23 de febrero, pero no será solo para aclarar su implicación en tres delitos fiscales en los que le implica la Delegación Especial de la Agencia Tributaria en Cataluña. El juez del caso Nóos también adelanta que tendrá que responder por las cuentas que el magistrado asegura que el duque tiene en Suiza, Andorra y Luxemburgo.
Una semana antes de la declación de Urdangarin, el 16 de febrero, será su exsocio Diego Torres y su mujer, Ana María Tejeiro, los que serán interrogados por los mismos hechos. Los tres comparecerán de nuevo como imputados ante el juez José Castro, quien ha aceptado la petición que le hizo la pasada semana Anticorrupción de que vuelvan a declarar para esclarecer su implicación en tres delitos fiscales. Según el informe de la Delegación Especial de la Agencia Tributaria en Cataluña el duque.
Dos de los delitos por importe superior a 240.000 euros, sostiene el documento del fisco, los habría cometido el propio Urdangarin en solitario en los años 2007 y el 2008 a través de las empresa que comparte con la infanta Cristina, la inmobiliaria Aizoon. El tercero como dirigente del Instituto Nóos y en compañía del matrimonio Torres-Tejeiro se cometió en el ejercicio 2007 y fue por valor de 230.979 euros. En total, al menos 470.979 euros.
El viernes de la semana pasada, solo horas después de recibir el informe de Hacienda, el fiscal Pedro Horrach, reclamó al juez José Castro que citara a declarar, como ha hecho finalmente hoy, al duque y su exsocio en el Instituto Nóos, para explicar esos supuestos desfalcos. Anticorrupción urgía al instructor a acusar ya a los dos directivos porque la propia Agencia Tributaria advierte que esos supuestos delitos fiscales prescribirían en julio de este mismo año. Y son ilícitos importantes.
Si se consideran tres delitos por separado conllevarían penas de un máximo de quince años de cárcel, aunque es más probable que se tipifique como un delito continuado contra la Hacienda Pública, que acarrearía un castigo menor.
Sea como fuere, el vasto informe de la Agencia Tributaria es tajante en lo referido a los supuestos delitos cometidos por el duque individualmente, al margen de Nóos. «Ignacio (sic) Urdangarin en los ejercicios 2007 y 2008 percibió retribuciones procedentes de entidades privadas por su condición de consejero/asesor que, sin embargo, eran facturadas a través de Aizoon, que era una sociedad pantalla que Urdangarin usaba para ocultar al verdadero perceptor de las retribuciones (él mismo, como persona física), disminuyendo así su tributación en el IRPF, al aplicársele un tipo impositivo inferior, el de las sociedades». El análisis de Hacienda asegura que Urdangarin, con esa «pantalla» también se «dedujo gastos no relacionados con la actividad de Aizoon como los de su servicio doméstico e, incluso «los del servicio doméstico de su asistente personal».
Los inspectores aseguran «no tener dudas» de que el responsable de esas irregularidades es Urdangarin. Aunque no se atreven a cuantificar el desfalco total, sí que señalan que en cualquier caso es mayor de 120.000 por ejercicio, por lo que es delito. En el 2007 -apunta el documento- Aizoon ingresó 645.453 euros y en 2008 fueron 494.156, pero en realidad la empresa la única actividad relacionada como su objeto social (el inmobiliario) fue la del alquiler de unos locales por un valor que ningún año superó los 30.000 euros. El dinero que entraba en la empresa -explica el estudio- era en realidad el sueldo que Urdangarin recibía como consejero de las empresas Motorpress Iberica, Aceros Bergara, Mixta África, Pernod Ricard, Havas Sports France y Seeliger y Conde. Y, sin embargo, esos ingresos los 'endosó' a la inmobiliaria para pagar menos impuestos cuando en realidad eran «servicios» que prestaba Urdangarin a esas empresa con «carácter personalísimo».
Sorna
Para Hacienda no cabe duda de que Aizoon no tenía capacidad ni era «idónea» para hacer esos trabajos de asesoría internacional para grandes empresas. La descripción que la Agencia Tributaria hace de la empresa del matrimonio Urdangarin-Borbón no está exenta de cierta sorna: «La teórica plantilla de Aizoon estaba integrada por cuatro empleados del hogar, una estudiante, una encuestadora que dice trabajar para otra persona, un asesor, dos personas que nadie ha visto trabajar allí, un chico de los recados, una analista de estilo de vida de los deportistas (sin regularidad en el trabajo) y una estudiante de primero de enfermería haciendo 'corta y pega' de internet».
El tercer delito que Hacienda imputa al duque es el cometido a la limón con su exsocio Diego Torres y la mujer de éste, Ana María Tejeiro, como dirigentes del Instituto Nóos y se refiere exclusivamente al ejercicio de 2007. Este supuesto ilícito es más simple: endosaron facturas falsas para deducírselas por valor de 230.979 euros en el impuesto de sociedades de aquel año.
Esas deducciones de «gastos ficticios» -señala la Agencia Tributaria- se hicieron gracias a las facturas que ellos se giraban contra sí mismos con sus propias empresas, tales como De Goes, Noos Consultoría o Torres-Tejeiro Consultoría». Fuentes judiciales explicaron que, a la vista del informe de Hacienda y de la petición de Anticorrupción, el juez Castro en breve accederá a la petición de que Urdangarin y su exsocio vuelvan a ser interrogados antes de que en verano para imputarles formalmente antes de que prescriban esos delitos.