Fallece sor María, la monja acusada del robo de bebés

La Voz

ESPAÑA

La religiosa, que falleció a los 87 años, se había negado a declarar tras las denuncias de varios padres por el supuesto robo de bebés

24 ene 2013 . Actualizado a las 12:05 h.

María Gómez Valbuena, conocida como sor María, ha fallecido en Madrid a los 87 años, según informativos Telecinco. La religiosa, que estaba imputada por casos de bebés robados en los años 80 y se había negado a declarar, ha fallecido en Madrid el pasado martes y fue enterrada el miércoles en el convento de las Hijas de la Caridad de San Vicente Paúl.

Sor María ya no pudo comparecer el pasado 18 de enero ante el juez por problemas de salud, tal y como alegaron sus abogados. Gómez Valbuena había sido citada a declarar tras la denuncia presentada por Purificación Betegón por la desaparición de las gemelas que dio a luz en la clínica Santa Cristina de Madrid en 1981.

Su primera imputación

Gómez Valbuena fue citada a declarar como imputada por primera vez el pasado 12 de abril por el titular del Juzgado número 47 de Madrid, que investigaba la denuncia de María Luisa Torres, una madre que la acusaba de haberle arrebato a la hija que alumbró en marzo de 1982, también en la clínica Santa Cristina de Madrid. El juez Carretero mantenía la imputación a la religiosa por los delitos de detención ilegal y falsedad de documento público ya que sor María era la responsable de tramitar las adopciones en dicha clínica. María Luisa Torres, que se reencontró con su hija Pilar en el 2011 después de confirmarse su relación biológica por unas pruebas de ADN, ratificó ante el juez el 3 de abril de 2012 que Sor María le quitó a la niña «por adúltera», ya que el padre no era su marido.

Unos días después, el 12 de abril, la religiosa se acogió a su derecho a no declarar, aunque en una carta abierta a los medios de comunicación rechazó las acusaciones y dijo que le «repugnaba» separar a un recién nacido de su madre.

En los meses de septiembre y octubre de 2012, el juez Carretero citó a declarar a veinticuatro testigos, en su mayoría médicos, además de requerir pruebas documentales, como las partidas de nacimiento y la escritura de adopción de la supuesta «niña robada» y la historia clínica de la madre biológica. Varios médicos confirmaron en sus declaraciones que la religiosa era la única responsable de las adopciones y que tenía un poder omnímodo para entrar y salir en la zona de los nidos y las incubadoras.