¿Es conveniente introducir el impeachment en España para destituir a los presidentes?
el «impeachment»
Confianza. «El impeachment existe en los regímenes presidencialistas donde el poder ejecutivo no depende de la confianza parlamentaria», señala Fernando Jiménez, profesor de Ciencia Política de la Universidad de Murcia. «En los parlamentarios la continuidad del Gobierno depende de contar con el apoyo de la mayoría del parlamento, no se necesita impeachment, basta con la cuestión de confianza y la moción de censura», explica. «Si el PP perdiera su confianza en Rajoy, su caída sería inmediata», concluye.
las diferencias
Moción de censura e «impeachment». Blanco Valdés señala que hay una diferencia fundamental entre la moción de censura y el impeachment, ya que la primera «tiene un componente exclusivamente político, mientras en el segundo hay una acusación criminal de que el presidente ha cometido un delito». En el caso español, el artículo 102 de la Constitución señala que la responsabilidad penal del presidente es exigible en el Tribunal Supremo. «El impeachment en España no sería útil», afirma Arbós. «No añade nada sustancial a lo que ya tenemos», afirma Blanco Valdés. Desde otro ángulo, Ortega recuerda que no fue necesario poner en práctica el procedimiento del impeachment contra Richard Nixon por el caso Watergate, ya que este dimitió antes. «La cultura política del país permitió su salida sin necesidad del mecanismo legal», incide.
dos tipos
La censura «constructiva». Blanco Valdés señala que hay dos tipos de moción de censura, el italiano, que permite echar al presidente sin poner a otro en su lugar, y el alemán, que adoptó España, que obliga a presentar un candidato alternativo. Es partidario de mantener esta «censura constructiva» que se acordó para dar más estabilidad al Ejecutivo y garantizar la gobernabilidad. Vírgala discrepa y sostiene que «al exigir presentar un candidato de sustitución, es casi imposible que prospere, por lo que tendría que modificarse para permitir que el Congreso pueda destituir al presidente sin obligar a que tenga que elegirse en el mismo acto a uno nuevo».