Hace dos años, un estudio de la Federación de Mujeres Progresistas alertó de que más de un 80 % de las chicas están convencidas de que deben satisfacer los deseos de ellos.
-¿Por qué crece la violencia machista?
-Afloran más casos y los más graves. Perduran estereotipos de que ellos han de ser valientes y dominar, y ellas, tiernas y sumisas. Y se reproduce la idea del amor romántico y alta tolerancia al control del vestir, mensajes y otras relaciones; él, celoso, que me salve. Es un cóctel tremendo para la violencia machista.
-¿Por qué es tan difícil combatirla?
-La juventud confunde habitualmente amor con sumisión. Es difícil luchar contra eso porque la publicidad, las canciones, los cuentos, la televisión, todo lo que les llega se basa en una relación de poder.
-¿Qué puede hacer el colegio?
-Tenemos una ley contra la violencia de género que no se cumple. Las medidas educativas están por desarrollar. La ley recoge que el currículo escolar incluya la educación en igualdad y una solución pacífica de los conflictos. Se veía en Educación para la Ciudadanía, ahora no sabemos dónde se incluirá. Los que hagan Religión no tendrán formación en igualdad y la situación es preocupante.