Los portavoces de todos los grupos se declaran satisfechos con su explicación
07 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El CNI no ha espiado a ciudadanos españoles, solo ha compartido con Estados Unidos información captada en el extranjero y ha actuado siempre dentro de la legalidad. Ese es el resumen de lo que ayer declaró el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), el general Félix Sanz Roldán, ante la comisión de secretos oficiales del Congreso en torno al escándalo de espionaje que vincula al servicio secreto español con el espionaje masivo de la NSA estadounidense. Y debió ser convincente en sus argumentos, porque los portavoces de todos los grupos parlamentarios se declararon satisfechos con su explicación.
«La inteligencia española ya ha hablado y ahora a quien hay que exigir explicaciones es a Estados Unidos», declaró la socialista Soraya Rodríguez. Incluso el portavoz de IU, Cayo Lara, que fue quien más crítico se había mostrado sobre la actuación del servicio secreto español, dio por buena la versión de Sanz Roldán. «Yo tengo más inquietud sobre los americanos que sobre los españoles», afirmó al término de la reunión.
Consciente de la alarma creada por las revelaciones del ex agente de la NSA Edward Snowden, que aseguró que la agencia había captado en España 60 millones de metadatos en solo un mes, el director del CNI acudió al Congreso cargado de argumentos e incluso con un proyector digital para apoyar con material gráfico sus explicaciones.
En Afganistán y el Sahel
Según fuentes de los asistentes al encuentro, el general aseguró que los metadatos que el CNI ha proporcionado a Estados Unidos se recabaron fuera de España en zonas de conflicto, como Afganistán o el Sahel, y afectan a cuestiones de terrorismo, crimen organizado, inmigración ilegal o contraespionaje. Esas operaciones estarían amparadas por la ley, dado que lo que el CNI tiene prohibido es espiar a españoles sin una orden judicial. Esas informaciones entregadas a la inteligencia norteamericana habrían servido además para evitar ataques contra personas.
Sanz Roldán les dijo a los diputados que el CNI no les espía y que tampoco tiene constancia de que lo haga la NSA, aunque les sugirió que el Parlamento instale un sistema antiescuchas. El Congreso carece de detectores de este tipo y, por ello, cuando el Consejo de Ministros se reúne en la Cámara baja se efectúa un barrido en busca de micrófonos. Sobre la posibilidad de que el presidente del Gobierno haya sido espiado por la NSA, como ha ocurrido con la canciller alemana Angela Merkel, descartó esa hipótesis «con un 99,9 %» de posibilidades. Al contrario de lo que ocurrió en Alemania, en Madrid la embajada de Estados Unidos está muy alejada de la Moncloa, lo que dificulta ese tipo de espionaje. Lo que no pudo garantizar el director del CNI a los diputados es que la NSA no haya espiado en España. Según explicó, esa agencia se rige por normas de Estados Unidos, como la Patriot Act, que le permite actuar en cualquier país del mundo, y no por las normas de los Estados donde están desplegados.
La reunión se celebró sin grabaciones y taquígrafos. Aunque los portavoces de los grupos pudieron tomar notas, están obligados a guardar secreto sobre lo escuchado.