El gallego Fernández Gudiña pide un destino menos expuesto a presiones
08 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.El comisario José Luis Fernández Gudiña quiere marcharse. Quiere dejar el mando de la unidad que desde hace más de cinco años investiga la trama Gürtel y que también se encarga de la pieza separada conocida como papeles de Bárcenas. El máximo responsable de la Brigada Central de Investigación del Blanqueo de Capitales y Anticorrupción de la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) ha pedido ser relevado de ese delicado puesto para optar a dirigir la Brigada del Banco de España, un destino muchísimo más tranquilo y menos expuesto a las presiones políticas y mediáticas.
Gudiña, un gallego de O Bolo que ocupa el cargo desde el Gobierno socialista y que durante toda la investigación de la trama corrupta que salpica al PP ha servido de pararrayos de las presiones a sus subordinados, ha alegado razones estrictamente personales para pedir el cambio de un destino, en el que hasta ahora parecía estar cómodo a pesar de que el trabajo de su unidad ha sido incluso cuestionado por el propio titular de Interior, Jorge Fernández Díaz.
Este veterano policía aspira al puesto de jefe de Brigada del Banco de España, en sustitución del también comisario Alfredo Cabezas, que se jubila este mes. Sin duda, una nueva responsabilidad mucho menos compleja y menos arriesgada laboralmente.
Desde el Ministerio del Interior insisten, no obstante, en que aún no se ha dado luz verde oficial a este relevo y que todo está en el aire, pendiente de cerrar detalles. Sin embargo, diversas fuentes policiales aseguran que ya se han producido las primeras reuniones para el traspaso de poderes en la Brigada de Blanqueo de Capitales de la UDEF la próxima semana.
Lo que nadie oculta en la Policía Nacional es que la salida de Fernández Gudiña, si termina de concretarse, provocaría un nuevo terremoto en las ya convulsas UDEF y Comisaría General de Policía Judicial, además de dejar vía libre al director general de la Policía, Ignacio Cosidó, y al ministro del Interior para situar a alguien de su absoluta confianza en un puesto clave en la lucha contra la corrupción.
Un sucesor de total confianza
Y un nombre suena en todos los despachos del Cuerpo Nacional de Policía como sucesor del todavía máximo responsable de la investigación sobre el caso Gürtel. Se trata del recién nombrado comisario José Manuel García Catalán, que goza de toda la confianza de los actuales responsables políticos de la institución, pero que no tiene ninguna experiencia en investigaciones de tramas económicas. Policía desde 1980, toda su carrera profesional la ha desarrollado en los departamentos de la Policía Científica, Seguridad Ciudadana, y Extranjería y Fronteras.
García Catalán, además, tiene un claro perfil político que levanta ampollas en algunos sectores. Fue vicepresidente del conservador Sindicato Profesional de la Policía, colectivo que se ha convertido ya en una cantera de mandos de Cosidó, del que procede también Santiago Sánchez Aparicio, El Chati, nombrado el pasado octubre jefe de la Comisaría General de Policía Judicial, y a su vez muy amigo del propio García Catalán.
El Chati es el cuarto responsable en dos años de esa Comisaría General, en la que está encuadrada la UDEF. Antes de la llegada de Santiago Sánchez Aparicio, hasta entonces jefe de la División de Formación y Perfeccionamiento, una sección sin relación alguna con lo que es investigación criminal, los máximos responsables de las investigaciones sobre corrupción política habían durado apenas unos meses en el cargo.
Tres jefes en año y medio
Nada más hacerse cargo de la Policía, Cosidó relevó al comisario de Policía Judicial nombrado por el Gobierno socialista, Juan Antonio González, quien había impulsado la investigación del caso Gürtel y se había convertido en la bestia negra para muchos miembros del PP. González fue sustituido por José Enrique Rodríguez Ulla, quien solo duró en ese cargo medio año. Fue destituido por Interior en julio del 2012 por investigar sin informar a sus superiores al presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González. A Ulla le siguió en el cargo José García Losada, uno de los mandos policiales más reputados del cuerpo por sus numerosos éxitos en la lucha contra el narcotráfico en Galicia. Duró quince meses en el cargo.