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Las asesinas actuaron al saber que Carrasco iba al mitin de Rajoy

Melchor Sáiz-Pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Crueles pintadas en la pasarela
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Atlas

Esta mañana han aparecido pintadas en el paseo donde fue asesinada Isabel Carrasco. Operarios del ayuntamiento procedieron a su borrado

16 may 2014 . Actualizado a las 17:35 h.

Para Montserrat González y su hija, Triana Martínez, se había convertido casi en una rutina en las últimas semanas. Cada vez que se enteraban o que suponían que Isabel Carrasco iba a salir de su casa con destino a la vecina sede del PP, las dos asesinas quedaban en el ático de Triana, y desde allí, siempre en coche, se dirigían armadas a las inmediaciones de la vivienda de la presidenta de la Diputación de León. Acechaban a su víctima a la salida del portal y esperaban su momento, el de que la política popular se dirigiera sola y a pie a la zona más apartada del barrio, la pasarela sobre el río Bernesga.

Exactamente esa fue su rutina el lunes pasado. Pero esta vez, tras al menos otros cinco intentos fallidos, lograron su propósito. Según fuentes de la investigación, ambas sabían de «manera fehaciente» que Carrasco iba a desplazarse el lunes con una comitiva del PP de León al mitin de Mariano Rajoy, a las 20.00 horas, en Valladolid, y dedujeron, acertadamente, que su víctima pasaría por su casa. Incluso -han confesado- hicieron sus cálculos y dieron por supuesto, también atinadamente, que la expedición partiría hacia Valladolid antes de las 18.00 horas, por lo que su víctima podría salir de casa pasadas las 17.00 horas, como así fue. Salió por el portal a las 17.15 horas, solo cinco minutos después de que sus asesinas iniciaran su enésima vigilancia. Esta vez, la fatalidad quiso que fuera a pie y sin compañía. Al final fueron tres los disparos que alcanzaron a la víctima. Otra bala se quedó encasquillada en el revólver.

El arma, la hija y la municipal

Durante sus interrogatorios en sede policial, en la noche del martes, la madre lo confesó todo. Sus rutinas, sus vigilancias, sus odios y sus planes. La Policía considera que, tras explicaciones de Montserrat González y Triana Martínez, ratificadas casi punto por punto la madrugada de ayer ante la titular del juzgado 4 de Instrucción de León, el caso ha avanzado a pasos agigantados, pero aún no está, ni mucho menos, cerrado.

Hay un móvil, el odio de las dos mujeres a Carrasco, a la que culpaban de haber hecho imposible la vida política y laboral de la hija; un asesino, la madre, que ha confesado el crimen y a la que apuntan tres testigos; y un arma, el revólver que la policía local y amiga íntima de Martínez, Raquel Gago, entregó el martes por la noche a los investigadores.

Aunque las tres grandes preguntas tienen respuesta, aún quedan flecos. Todavía, explican los mandos de Homicidios, restan cuestiones sin aclarar. Sobre todo las referidas a las armas, el papel de la hija y, muy particularmente, el rol de la policía local en el crimen. ¿Por qué compraron dos armas? ¿Tenía intención Triana Martínez de disparar también con la otra pistola encontrada en su casa, pero al final no se atrevió? ¿Alguien las ayudó a comprar las armas en el submundo de la delincuencia asturiana con el que no estaban familiarizadas?

Una de las cuestiones que más intrigan a los investigadores es que la hija, una persona aparentemente integrada en la sociedad leonesa, pudiera dedicarse a la venta de droga. El más de medio kilo de marihuana encontrado en su casa y cantidades sustanciales de hachís solo apuntan a esa posibilidad, ya que es demasiado para el consumo propio. También ayer trascendió que Triana tiene un contrato con el Parlamento de Navarra para que esta ingeniera de telecomunicaciones presentara un estudio sobre el sistema audiovisual de la institución, así como el pliego de condiciones, la adjudicación y la dirección de la obra. El presupuesto del trabajo superaba los 10.200 euros, si bien hasta ahora solo ha cobrado algo más de la mitad por el estudio que presentó.