PP y PSOE exigen explicaciones y que actúe la Justicia por el escándalo Pujol

Ramón Gorriarán MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Jordi Pujol informó a Mas de la situación a principios de mes y con más detalle días después.
Jordi Pujol informó a Mas de la situación a principios de mes y con más detalle días después. Q. garcía < / span>afp< / span>

CiU y ERC le quitan hierro, temerosos del efecto sobre el proceso soberanista

27 jul 2014 . Actualizado a las 19:33 h.

La confesión de Jordi Pujol sobre el dinero negro acumulado durante 34 años en Suiza y otros paraísos fiscales ha generado un escándalo mayúsculo y estremecido a los protagonistas del proceso soberanista catalán, aunque en público sus comentarios fueron para quitar hierro al asunto. Los efectos en los apoyos a la consulta independentista son, por ahora, imposibles de medir, pero los promotores de la misma dan por descontado el impacto negativo. Entre el resto de los partidos, la indignación es el sentimiento generalizado. Las reacciones de PSOE y PP y de partidos catalanes como Iniciativa, PSC o Ciutadans fueron duras y coincidieron en exigir a quien fue el máximo responsable de la Generalitat durante más de veinte años amplias explicaciones públicas sobre el origen de su fortuna, la renuncia urgente a cualquier cargo político y privilegio derivado de sus antiguas funciones institucionales, y la apertura de investigaciones fiscales y judiciales para llegar hasta el fondo de este presunto culebrón familiar de dinero negro y evasión de capitales.

Pujol expuso su situación a rasgos generales a Artur Mas a principios de este mes. Una vez que su mujer y cuatro hijos regularizaron su dinero opaco con Hacienda, hace dos semanas, volvió a hablar con el presidente de la Generalitat, ya con más detalles. Pero solo este viernes informó a Mas de su intención de hacer público un comunicado en el que daría su versión de la herencia. La revelación, inédita en España, ha puesto patas arriba el proceso soberanista de Cataluña.

Mas dijo el viernes que es un asunto «privado, personal y familiar», y ayer no quiso hablar más del tema durante la inauguración de una cárcel en Figueras. Solo aventuró que «no tiene nada que ver con Convergència». Apenas un poquito más allá fue el nuevo número dos del partido, Josep Rull, al apuntar que Pujol deberá «reflexionar» si da más explicaciones a Convergència. La revelación, agregó, causó en su partido «tristeza y consternación».

El portavoz de Esquerra en el Congreso, Alfred Boch, tampoco quiso hacer sangre y se mostró convencido de que este hecho «no entorpecerá» las relaciones de su formación con CiU. «Los casos de corrupción -aseguró- no pueden ocultar el proceso (soberanista)». Más severos se mostraron los dos componentes del frente proconsulta e Iniciativa reclamó que el expresidente comparezca en el Parlamento catalán para explicar un hecho «vergonzoso» y de «una gravedad sin precedentes». La CUP reclamó que «se depuren todas las responsabilidades» ante los tribunales.

En Convergencia reconocen que por «lo inesperado» de la confesión y por «el prestigio» de Pujol va a cundir el desánimo entre los soberanistas. En Esquerra, en cambio, no esperan desafecciones entre sus seguidores, entre los que Pujol nunca tuvo buen cartel por su «tibieza». Los republicanos, no obstante, reconocen que las fuerzas contrarias a la consulta cuentan ahora con munición de alto calibre para desprestigiar el proceso independentista.

La socialista Carme Chacón dijo que la confesión es de una «gravedad extrema» y requiere de explicaciones públicas, mientras que desde el PP hablaron de «34 años de cinismo y mentiras».