La vidente a la que acudía el expresidente para solucionar gran parte de sus problemas cuenta que «él se hizo rico a cuenta mía»
05 sep 2014 . Actualizado a las 19:12 h.Brujería, política y dinero. Sobre todo dinero. Esos fueron durante más de veinte años los tres lóbregos vínculos que unieron al expresidente de la Generalitat Jordi Pujol con la bruja gallega Adelina, una médium residente en Andorra que tenía realmente hechizado al «Molt Honorable Senyor».
La pitonisa tiene mucho que contar, y poco bueno que decir. Ella misma aseguraba en el programa Espejo Público, que Pujol a duras penas le pagaba veinte euros por cada consulta: «Era más agarrado que un chotis. Me pagaba la voluntad, me daba 20 o 25 euros, que no es nada. Cualquier obrero era más generoso que él».
La relación entre Adelina y el cabecilla del clan Pujol se inició tras una visita del expresidente con el único fin de curar un tic nervioso que tenía en los ojos, una salvación que finalmente le acabó enganchando a la facilidad de la médium para solucionar algunas de sus más profundas dudas sobre asuntos familiares y del gobierno. El cometido de la meiga se resumía en la realización de limpiezas espirituales que permitieran al expresidente liberarse de las malas energías. La técnica, bastante poco ortodoxa, consistía en restregar un huevo por todo el cuerpo para después romperlo. «Si al abrirlo aparecía negro significaba que alguien le tenía mucha envidia y le había echado algún mal de ojo. A Pujol siempre le salía negro, y eso significaba envidia mala», sentenciaba la mujer.
El ajetreo y la pérdida de tiempo que a Pujol le suponía viajar hasta Andorra para visitar a la bruja gallega le hicieron tomar una decisión determinante. El ex mandatario de la Generalitat decidió trasladar su mayor obsesión hasta Barcelona. Y hasta de eso quiso sacar una buena tajada. Pujol le montó todo un negocio a la adivina gallega. Por sus manos pasó gran parte de la distinguida agenda que manejaba el expresidente. Cada vez que Adelina pasaba el huevo por la espalda de alguno de los ilustres cercanos al nacionalismo catalán, Pujol ingresaba en sus corruptas cuentas 150 euros. «Cobraba comisiones por ponerme en contacto con clientes. Él me daba a mí 150 euros, pero luego él cobraba 300 a cada persona. Hizo mucho dinero. Llegó a hacer hasta dos millones de pesetas en un solo día», relataba la bruja en el programa de Susana Griso.
Su relación durante esos años, Adelina la resume con una sencilla frase: «Se hizo rico a cuenta mía». Las mordidas que Pujol sacaba a costa del trabajo de la gallega acabaron por hartar a la pitonisa, quien decidió romper totalmente su relación con el histórico mandatario.
Sea como fuere, son muchos los que aseguraron que Adelina también sacó provecho de su extraña relación con Pujol. Uno de los familiares de la meiga, que fue consultado por el Diari d?Andorra, asegura que el capital ahorrado por la mujer era de tal magnitud que actualmente vive de rentas.
Hasta la más pintoresca obsesión del patriarca de los Pujol, sirvió al ex presidente para nutrir sus cuentas a costa de la bola de cristal.