Mas admite que si no hay referendo tendrá que anticipar las elecciones

Cristian Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

Desoye a ERC y dice que la consulta requiere plenas garantías democráticas

16 sep 2014 . Actualizado a las 10:22 h.

Días después de la Diada más multitudinaria de la historia, Artur Mas reiteró ayer su «compromiso muy firme» con la consulta. En el discurso que abrió el debate de política general de Cataluña, Mas aseguró que «convocará» el referendo, como dice siempre, y se mostró además dispuesto a «organizar» y «hacer» la votación, dos verbos que hasta la fecha no utilizaba. El presidente catalán hizo equilibrios en su ambigüedad, acentuada en las últimas semanas, pero esta vez dejó abierta la puerta al adelanto electoral si el Tribunal Constitucional prohíbe la consulta. Una disposición que agradará al socio pequeño, Unió Democrática, y desagradará al grande, Esquerra Republicana. La alocución del dirigente nacionalista, que se centró sobre todo en tratar de enviar un mensaje a la ciudadanía de que su gobierno no solo tiene la carpeta soberanista encima de la mesa, puso el acento en que la consulta se tiene que hacer «bien» y debe tener «plenas garantías democráticas», es decir que el resultado pueda ser leído con nitidez y aceptado democráticamente por todo el mundo, según matizó Mas.

Pero si no puede ser así porque el Tribunal Constitucional lo impide, vino a decir que habrá que plegar velas. Aunque en sus últimas apariciones evitaba hablar del plan B, en su discurso dejó caer que si no puede sacar adelante una consulta con plenas garantías y sin vetos tendrá que adelantar las elecciones. «Si se puede -dijo- me gustaría agotar la legislatura hasta finales de 2016». Pero si no hay votación el 9 de noviembre, señaló que ya no estará en sus manos agotar su mandato, lo que es tanto como reconocer que si la votación no se produce, Esquerra tendrá la llave de la gobernabilidad. La clave después del 9 de noviembre, estará en las prisas que tenga Esquerra, que ayer descartó el anticipo electoral y mantiene su apuesta por la consulta diga lo que diga el Constitucional.

Si los independentistas se sienten fuertes, apretarán para el adelanto al primer trimestre del año, aunque a la formación republicana también le interesa incrementar su poder local en las municipales de mayo del 2015, ya que acaricia el Ayuntamiento de Barcelona, y a partir de ahí preparar su conquista de la Generalitat.

Prácticamente todos los partidos del arco parlamentario catalán dieron por hecho que Mas pronunció ayer su último discurso en un debate de política general, justo cuando se cumple el ecuador de su segunda legislatura . Lo que está por ver es qué pasará con el no a la consulta, aunque Mas y CiU se muestran cada vez más partidarios de acatar la suspensión del tribunal. El presidente de la Generalitat abrió así la puerta a las elecciones anticipadas aunque no está dispuesto a tirar la toalla con el referendo, al menos de momento.

Tres grupos

Por ello, a cuatro días de que el Parlamento catalán apruebe la ley de consultas y a una semana, como máximo, de que firme el decreto de convocatoria, el presidente de la Generalitat trató de mantener la unidad de las fuerzas soberanistas, justo un día después de que Esquerra y Unió escenificaran que en el frente proconsulta hay tres grupos: los que están por desobedecer al Constitucional, los que no y los que no se definen. La unidad está garantizada a corto plazo, hasta que Mas firme el decreto. Pero en cuanto el Constitucional suspenda la consulta y Mas llame a los partidos soberanistas a consensuar la respuesta al tribunal, las diferencias se harán insalvables.

La unidad tiene los días contados, salvo que Mas se saque un conejo de la chistera como en diciembre, cuando sorprendió con una redacción de la pregunta de la consulta que contentó a formaciones tan dispares como CiU, Esquerra, Iniciativa o la CUP. En este caso, ni CUP ni Esquerra están por adelantar las elecciones, y mucho menos por ofrecer los comicios como alternativa a la consulta.

Mas buscó, en cualquier caso, ese punto intermedio entre los postulados de Esquerra y los de Unió, ya que reiteró su «determinación» de cumplir con la hoja de ruta trazada, como le piden los independentistas, pero al mismo tiempo dio a entender que no es partidario de celebrar el referendo si no cuenta con el aval constitucional.