Partidarios y contrarios a la secesión de Cataluña se concentraron ante la Cámara durante el debate
20 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.Los alrededores del Parlamento catalán fueron ayer escenario de la división social que está generando el proceso soberanista. Partidarios y contrarios a la secesión de Cataluña se concentraron ante la Cámara durante el debate y aprobación de la ley de consultas. El grupo más numeroso era el conformado por quienes reclaman poder acudir a las urnas el 9 de noviembre, quienes jalearon la llegada de los líderes de los grupos que apoyan la celebración del referendo. Muchos de ellos se acercaron a los concentrados y los saludaron desde el otro lado de la valla de seguridad. Lo mismo hizo el presidente de la Generalitat, Artur Mas, quien llegó en su coche oficial a la sede parlamentaria unos minutos antes de que comenzara el pleno. Inicialmente, entró directamente en el edificio, pero rápidamente se dio la vuelta para acercarse a saludar a los allí presentes.
Otra de las personas que se acercó a saludarlos y a la que recibieron con aplausos fue Carme Forcadell, presidenta de la Asamblea Nacional Catalana. En cambio, el líder del PSC, Miquel Iceta, fue recibido con gritos de «botifler», el término con el que son conocidos en Cataluña los partidarios de los Borbones en la Guerra de Sucesión.
Los independentistas corearon gritos de «independencia», «queremos votar» y «votaremos» el 9-N. A pocos metros de distancia se congregaron una veintena de personas con banderas españolas y catalanas, que gritaron consignas como «no nos engañan, Cataluña es España», «no hay democracia sin ley» y «Cataluña española».