Torres lo involucró en los manejos de Urdangarin y la policía lo interrogó por orden del juez Castro en el año 2013
12 oct 2015 . Actualizado a las 08:28 h.Tarjetas black, la salida a bolsa de Bankia, preferentes, ocultación de su fortuna... «¿Pero es que Rodrigo Rato también está involucrado en el caso Nóos?» Esa pregunta se la hicieron algunos de los juristas y abogados personados en el sumario en el que están imputados la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin cuando el pasado martes la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca anunció que el exvicepresidente será uno de los 363 testigos que desfilarán por el juicio. La respuesta al interrogante es sí. Rato también estuvo bajo la lupa de los investigadores en el caso Nóos.
Nunca estuvo imputado ni estuvo cerca. Tampoco fue llamado a declarar en los juzgados, pero su nombre figura en el sumario desde que en marzo del 2013 el exsocio de Urdangarin decidiera dar una nueva vuelta de tuerca a su arriesgada estrategia de defensa. En paralelo a la maniobra de airear los famosos correos, Torres abrió un nuevo frente basado en disparar hacia la Casa Real, el Gobierno de José María Aznar y la Comunidad Valenciana para intentar probar que todas estas instituciones avalaron e, incluso, supervisaron las actividades del Instituto Nóos y de sus dos responsables: él mismo y el cuñado del Rey.
Ahí apareció el nombre de Rodrigo Rato, que en el momento de los delitos de Nóos, además de vicepresidente, era ministro de Economía y Hacienda. Torres aseguró que Rato había participado activamente en las reuniones preparatorias para los fastos de la Copa América de Valencia en el 2007 y que estaba al tanto de la intención de Urdangarin de participar en esa regata a través de la FDCIS, su supuesta fundación para niños discapacitados y que al final resultó ser una prolongación del Instituto Nóos.
Reunión en la Zarzuela
Es más, el exsocio dio a entender que el entonces número dos del Gobierno pudo saber de la supuesta reunión que los dos dirigentes de Nóos mantuvieron en el palacio de la Zarzuela con la exalcaldesa Rita Barberá y el expresidente valenciano Francisco Camps para organizar los Valencia Summit, las reuniones deportivo-empresariales por las que las instituciones valencianas pagaron 1.044.000 euros por cada edición. Un encuentro siempre negado por Barberá y Camps.
Esta versión no debió parecer disparatada del todo a ojos del juez José Castro, porque Rato fue interrogado sobre ese asunto en secreto -en una «discreta gestión» en palabras del magistrado- por un comisario y una inspectora de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF). La declaración tuvo lugar en Madrid el 24 de abril del 2013. Rato lo negó todo. O casi todo. Dijo no haber «tenido noticia» de la supuesta reunión en la Zarzuela con los miembros de Nóos y que, en cualquier caso, no sabía ni siquiera quién era Torres. Sí que admitió que había participado en «reuniones preparatorias» de la Copa América, pero que a aquellos encuentros nunca acudieron «personas que por su cargo o función no debieran asistir». Aseguró además que siempre fue a esos encuentros en su condición de ministro. No obstante, no reveló si había estado en la Zarzuela con los dirigentes valencianos tratando, aunque fuera colateralmente, asuntos relacionados con los investigados en el caso Nóos.
Confesiones a la UDEF
Rato sí había estado en la Zarzuela con Barberá y Camps. Al menos eso confesó ese mismo día ante la UDEF el que fue jefe de la Casa Real entre el 2002 y el 2011, Alberto Aza, que, interrogado por los mismos motivos de Rato, afirmó que el exvicepresidente estuvo en el palacio en, al menos, tres reuniones en el 2003 en las que participaron los gobernantes valencianos y el rey Juan Carlos para hablar de la Copa América. Eso sí, Aza afirmó que no le «constaba» que jamás Urdangarin y Torres hubieran estado en Zarzuela con Barberá y Camps.
Rato, ahora caído en desgracia y asiduo a los juzgados como imputado, tendrá la oportunidad de explicar su versión sobre sus contactos o no con Urdangarin, Barberá y Camps ante la Audiencia Provincial. Eso sí, esta vez solo como testigo.