Albert Rivera plantea un Gobierno tripartito con el PP y con el PSOE

Ramón Gorriarán MADRID / COLPISA

ESPAÑA

RAÚL SANCHIDRIÁN | Efe

Considera que una legislatura excepcional requiere respuestas especiales

02 nov 2015 . Actualizado a las 17:13 h.

Entre las muchas cábalas que se han hecho sobre los pactos postelectorales, ninguna contemplaba un tripartito entre los dos grandes con Ciudadanos como tercer eje de la alianza. Albert Rivera incorporó ayer esa posibilidad porque «a lo mejor ni siquiera la lógica de dos partidos es suficiente» para afrontar los retos que se avecinan en la próxima legislatura, con, al menos, una reforma constitucional y otra electoral en el horizonte. Unos retos legislativos que requerirán amplias mayorías parlamentarias, de hasta dos tercios de las Cortes en algún caso. El líder de Ciudadanos coincide con las encuestas en que las elecciones del 20 de diciembre son cosa de tres si es que no se tuercen las perspectivas en los 50 días que quedan para votar. El estudio del CIS que se publicará esta semana apunta en el mismo sentido, aunque es probable que no dé un papel tan protagónico a Ciudadanos porque incorpora las opiniones de ciudadanos de medias y pequeñas poblaciones en las que ese partido tiene una implantación menor que PP y PSOE.

«La foto que vemos hoy rompe todos los esquemas de los últimos 35 años», señaló el presidente del partido naranja en Ávila, donde reunió a su ejecutiva nacional. Rivera cree que la nueva etapa en la que nadie duda que va entrar la política tras las elecciones permitirá hablar de «una segunda transición» que superará el diseño que se dibujó en el tránsito de la dictadura a la democracia, con gobiernos monocolor con mayorías absolutas o con respaldos parlamentarios de pequeñas formaciones nacionalistas.

Pero «no va a ser fácil», admitió el líder de Ciudadanos, por las inercias instaladas en «la vieja izquierda y la vieja derecha». Cambiar ese escenario, subrayó, es el gran reto para su partido, y «lo vamos a conseguir» porque los ciudadanos, dijo, ya «no confían» en los partidos y los políticos tradicionales.

Necesidad de consenso

Rivera prevé una legislatura «excepcional» que requerirá acuerdos acordes a la altura de los retos que se avecinan. Una reforma del sistema electoral o de la Constitución no puede ser, y en esto coincide con el resto de fuerzas políticas, un asunto que se despache entre unos pocos por muy mayoritarios que sean. La ley electoral es una norma orgánica que requiere, además de una mayoría cualificada en el Congreso y Senado, un amplio consenso político que incluya a las fuerzas minoritarias. La reforma de la Constitución exige incluso una mayoría más potente, la de los dos tercios de ambas cámaras, un listón que va a quedar lejos para la suma de PP y PSOE.

Rivera comentó tras la reunión con la dirección de Ciudadanos que el acuerdo antisecesionista catalán -o pacto por España, como él lo llama- es un buen banco de pruebas para medir la voluntad de acuerdo de los dos grandes y de Podemos, el cuarto en discordia. «Necesitamos acuerdos para que la ciudadanía sepa que gobierne quien gobierne la unión de España no está en juego», comentó con la misma premisa del pacto antiterrorista que decía a ETA que gobierne quien gobierne no iba a poder negociar. Por esta razón, insistió en que la voluntad antisoberanista debe quedar plasmada por escrito, algo a lo que tanto Mariano Rajoy como Pedro Sánchez se muestren renuentes, mientras Pablo Iglesias lo rechaza de plano.

El acuerdo tripartito es una alternativa que hasta ahora no estaba sobre la mesa. La gran coalición de PP y PSOE era una tesis que contaba con defensores entre muchos empresarios del Ibex 35 y entre los grandes banqueros, pero también tenía valedores políticos como Felipe González. La idea, sin embargo, se ha desinflado en los últimos meses, sobre todo por la negativa de los socialistas a pactar con los populares. Esa misma resistencia del PSOE a asociarse con el PP, y viceversa, hace pensar que no será sencillo el acuerdo a tres bandas que plantea Rivera, cuyo partido se ha convertido en el común denominador de los pactos que buscan los dos grandes.

El PP quiere frenar la moción secesionista en el Constitucional, vía no compartida por Sánchez e Iglesias

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias comparten que tiene que haber soluciones políticas en el conflicto catalán y no solo respuestas legales a los pasos que dé el independentismo, que es, a juicio, de ambos, la única estrategia de Mariano Rajoy. Ambos líderes comprobaron su sintonía en una conversación telefónica mantenida a media tarde de ayer. Aunque la intención inicial era, según dijo Iglesias, hablar el sábado por la tarde, el secretario general del PSOE llamó ayer al líder de Podemos y además de coincidir, según fuentes socialistas, en el diagnóstico de las soluciones políticas también comprobaron su desacuerdo sobre la reforma constitucional que se debería encarar en la próxima legislatura. Iglesias defiende ir más allá para abrir un proceso constituyente que afecte a todas las instituciones democráticas. Si para Rajoy y Rivera ya ha pasado la hora de las ofertas políticas a Artur Mas, el secretario general del PSOE e Iglesias creen que aún es posible una negociación política que desactive el conflicto. El líder de Podemos cree que la celebración de un referendo frenaría la ofensiva secesionista. Sánchez, en cambio, considera que su oferta de reforma constitucional tiene un atractivo suficiente para interesar a los separatistas. Lo que ambos comparten es que la respuesta en los tribunales sin más no tiene futuro.

El líder del PP catalán, Xabier García-Albiol, en sintonía total con Mariano Rajoy, anunció ayer que su partido presentará un recurso de amparo en el Constitucional para que no se tramite en el Parlamento de Cataluña la resolución sobre la apertura del proceso independentista para proclamar la república de Cataluña. El PP pretende que Ciudadanos y el PSC suscriban la impugnación.