Rajoy hace de la rebaja fiscal el factor que diferencia al PP de los demás partidos

ESPAÑA
El líder del PP, que presentó en Barcelona los ejes de su programa electoral, asegura que España no puede volver al fracaso del PSOE ni al disparate de Podemos
05 jun 2016 . Actualizado a las 09:09 h.Bajar los impuestos vuelve a ser la gran apuesta electoral de Mariano Rajoy frente a sus tres principales adversarios. Y ayer no tuvo inconveniente, sino todo lo contrario, en dejarlo claro. «Eso nos diferencia de todos los demás que dicen que van a subirlos», aseguró en Barcelona en la presentación de sus 26 principales medidas de cara al 26J. El presidente del Gobierno en funciones admitió que es un tema «polémico», ya que Bruselas exige recortes por más de 8.000 euros al próximo Gobierno, a los que podría sumarse una multa de otros 2.000 por el incumplimiento del objetivo de déficit. No le importa, considera que hay margen. «Vamos a bajar los impuestos y ya los hemos bajado, dos veces el impuesto de la renta en el 2015. Y por cierto, hemos recaudado más que el pasado. Y vamos a bajar el impuesto de sociedades porque creemos que en estos momentos se puede hacer», afirmó.
Explicó que se vio obligado a subirlos cuando llegó a la Moncloa, desdiciéndose de lo que prometió en la campaña electoral, para evitar la quiebra y el rescate de España. «Pero a medida que la normalidad va llegando a nuestro país, podemos tomar decisiones, las que nos gustan, dejar los recursos en manos de quienes invierten y crean puestos de trabajo», concluyó. Su compromiso es reducir dos puntos el IRPF, con lo que el tipo mínimo pasaría del 19 % al 17 % y el máximo del 45 % al 43 %. En cuanto las empresas, ofrece que rebajar el Impuesto de Sociedades a las pymes que crezcan y reviertan sus beneficios hasta 10 puntos; y extender la tarifa plana de los autónomos a solo 50 euros al mes durante el primer año para quienes inicien un negocio.
Conejos en la chistera
Todo esto, dijo, «se puede hacer si se gobierna bien, como ha demostrado este Gobierno al lograr a la vez reducir el déficit, bajar los impuestos, que la economía crezca y crear empleo». Rajoy contrapuso el programa del PP, que calificó de sensato, razonable, basado en lo que se ha hecho durante estos cuatro años y factible con la falta de seriedad del PSOE y Podemos. «Nosotros no vamos a inventar señuelos, ni conejos para chisteras deslucidas», sostuvo. «España ha recuperado el músculo que los excesos y la irresponsabilidad de una disparatada dieta socialista le hizo perder», afirmó en referencia a los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero. Y en la misma línea: «Nuestros socios en Europa y en el mundo miran a España y ven a un país que ha puesto orden en el desastre». Por eso, mantuvo, España no puede volver atrás, «a políticas que han fracasado», señaló.
Pero también tuvo para el partido que lidera Pablo Iglesias: «Ni se merecen volver a políticas que son propias de otras épocas». O esta otra alusión: «España no puede volver siglos atrás o siglo y medio atrás, es un disparate. de la historia». Y puso como ejemplo lo que ha pasado en Grecia, donde «han aplicado modelos que son lisa y llanamente inaplicables».
Rajoy planteó el dilema al que se enfrentan los votantes, según su visión, «elegir entre moderación o extremismo; entre responsabilidad o improvisación; prudencia o experimentos de altísimo riesgo; diálogo o vetos sectarios».
Para el líder del PP, es «verdaderamente increíble» que las demás fuerzas políticas aboguen por una política diferente a la evitó la quiebra y el rescate y ha traído crecimiento y empleo. «Es algo absurdo que ahora se diga que hay que dejar de hacer reformas porque han sido precisamente las que nos han permitido salir adelante y, sobre todo, mirar al futuro con optimismo», añadió.
Tiende la mano a Puigdemont si deja la senda secesionista
«Sin duda, tendremos que dar pasos para reencontrarnos y estoy seguro que con buena fe y lealtad, lo haremos». De esta forma y a menos de una semana del inicio de la campaña electoral, Mariano Rajoy tendía ayer en Barcelona la mano al presidente Carles Puigdemont, al tiempo que lanzaba sus redes para tratar de captar el voto moderado del centro-derecha catalán, ya sea de Ciudadanos o de los nacionalistas descontentos con la vía secesionista y el pacto con la CUP. «Iremos despejando el camino que nos conduzca de nuevo a la concordia», prometió. Eso siempre que Puigdemont abandone la senda secesionista. «Cualquier español encontrará siempre nuestra mano tendida, no para burlar la ley sino para construir juntos el futuro», señaló el líder del PP. Dicho de otro modo, su oposición al referendo de autodeterminación, que reclama ahora el presidente de la Generalitat, se mantiene inalterable.
A tres semanas del 26J, el presidente del Gobierno en funciones introdujo algunas variaciones en su habitual discurso sobre el desafío catalán al hablar de reencuentro y concordia. Lo que podría interpretarse como la búsqueda de una salida a la cuestión catalana, aunque deba leerse también en clave electoral, ya que el discurso duro del PP le ha hecho retroceder en esta comunidad.
Abandonar las quimeras
En todo caso, instó a Puigdemont a «abandonar las quimeras hoy secuestradas por un atajo de extremistas y volver a la realidad de las cosas que más importan». Con toda la intención, Rajoy ponía el dedo en la llaga y lanzaba este mensaje de alerta de lo que significa contar con socios de extrema izquierda en un momento de gran debilidad del Gobierno catalán, que se ve incapaz de aprobar los presupuestos por culpa de la posición inflexible de la CUP. Y quiso dejar claro que Puigdemont puede esperar más de un Gobierno del PP que del partido antisistema. «El Gobierno de la Generalitat ha encontrado más lealtad y más colaboración en el Gobierno de Madrid que en algunos de sus socios parlamentarios», sostuvo, en referencia a los dos años (2011 y el 2012) en que Mas aprobó sus cuentas con el apoyo de los populares.