Alejandro Fernández ha insistido antes de su ingreso en el centro penitenciario que solo robó 79 euros y que no hay nada que demuestre que se llevó más
07 jun 2016 . Actualizado a las 19:57 h.Alejandro Fernández, el joven de 24 años condenado por pagar 79 euros con una tarjeta falsa, ha entrado voluntariamente en la cárcel de Albolote (Granada) este martes después de que no hayan fructificado las vías para evitar el ingreso en prisión, así como la petición de indulto, que le ha sido denegada.
Acompañado por familiares, entre ellos sus padres, su pareja, su suegro y uno de sus hermanos, el joven ha entrado en el centro penitenciario pasadas las 19.00 horas, y ha insistido a los periodistas en que solo robó 79 euros a través de compras con la tarjeta clonada y que no hay nada que demuestre que se llevó más.
Alejandro Fernández fue condenado a cuatro años de cárcel por un delito de tenencia de tarjetas de crédito o débito destinadas a su tráfico, y a otro más por estafa. Asegura que no tiene ningún otro antecedente y cree que, si todo va bien, en unos seis meses podría obtener permisos, según le ha trasladado su abogado.
Su madre, visiblemente afectada, ha considerado una «injusticia» el ingreso en prisión de su hijo: «Me lo van a matar ahí dentro», ha dicho.
El joven ya se mostró esta mañana resignado a entrar en prisión, pero aseguró que seguirá «peleando desde dentro» para que se le reconozca que es una persona «rehabilitada» que ha rehecho su vida y que ahora tiene un trabajo estable como camarero, además de pareja.
Tanto la Fiscalía como la Audiencia Nacional emitieron el pasado 23 de septiembre informes desfavorables al indulto, en los que se ha basado el Gobierno para denegárselo.
Su abogado, Javier Gómez Rosales, critica que en esos informes, ni la Fiscalía ni la Audiencia entren a analizar el caso, sino que «se limitan a tener en cuenta la naturaleza del delito», que a su juicio no reviste tanta gravedad como para que se le deniegue
80 euros en bebidas alcohólicas
En el 2010, con 18 años recién cumplidos, Alejandro Fernández se dirigió a Málaga con un amigo que le dio una tarjeta con su nombre y apellidos que resultó ser falsa. Pagó con ella en un supermercado 79,20 euros en bebidas alcohólicas para su acompañante y un batido de chocolate para él. Asegura desconocer el fraude y que su amigo, hoy en busca y captura, perteneciera a un grupo dedicado a clonar tarjetas. «Era una persona de mi confianza, veinte años mayor que yo, y que me había ayudado mucho -declaró-. Cuando me dijo que era una tarjeta monedero para no llevar dinero encima, con mi nombre, yo pensé que era verdad».
Fue condenado inicialmente por la Audiencia Nacional a doce años de prisión por pertenencia a banda organizada y estafa. Un recurso ante el Tribunal Supremo redujo su pena a seis años de cárcel. Desde hace cuatro años trabaja en una empresa hostelera, con un contrato fijo y un puesto de encargado que le permiten pagar mensualmente la vivienda en alquiler con derecho a compra que comparte con su pareja, actualmente desempleada.