En el momento de la detención, las autoridades encontraron material para hacer tarjetas fraudulentas así como varios pasaportes falsos
08 jun 2016 . Actualizado a las 19:02 h.El caso de Alejandro Fernández ha conmocionado a la opinión pública. Según las informaciones, este joven granadino de 24 años ingresó en prisión por un delito de estafa con tarjeta de crédito falsa, tras comprar con este plástico un importe de 80 euros hace seis años. Tras el ruido mediático y después de que su familia consiguiera acumular más de 300.000 firmas en una petición de Change.org a favor de su indulto, la historia de Alejandro ha indignado a muchos sectores de la población.
Pero, ¿qué hay realmente detrás de la condena de este joven? En las últimas horas han corrido por las redes sociales algunas informaciones que abultan un poco el historial del granadino. Según ha trascendido, la historia de Alejandro Fernández -que en el momento de los hechos tenía 18 años- es algo diferente a la que conocemos. La sentencia de la Audiencia Nacional ratificada por el Supremo, que publica El Confidencial, incluye algunos otros delitos que podrían derrumbar la defensa del joven, quien alega que el único delito de su defendido es haber realizado con la tarjeta falsa una compra de batidos por valor de 80 euros.
Según los documentos judiciales, Fernández se acercó en enero del 2010 a un centro comercial de Málaga en un Golf rojo en el que viajaban otros tres amigos suyos, todos con antecedentes penales por hurto y lesiones. En el establecimiento realizaron dos operaciones con tarjetas falsas por importes superiores a los 250 euros. Y lo hicieron sin ningún problema. Todo se truncó cuando intentaron realizar una tercera, una PlayStation cuyo valor ascendía a los 523 euros. Fue justo en ese momento cuando los cuatro amigos fueron sorprendidos por las autoridades, que consiguieron solo detener a uno de los cuatro estafadores.
El protagonista de la historia, Alejandro Fernández, y otro compañero se entregaron pocos días después. Pero su amigo Kamal, de nacionalidad nigeriana, desapareció sin haber vuelto a dar nunca señales de vida. Los tres detenidos acusan precisamente al huido de haberles engañado para conseguir beneficios a través de las tarjetas falsas.
El material intervenido en el domicilio de Fernández tampoco mejoró su situación. Las autoridades encontraron allí documentación falsa.
Además, los agentes intervinieron varios pasaportes falsos: tres de Nigeria, uno a nombre de Alfredo Gabino y otro de Ildefonso Urbano, otro de Portugal y otro de Reino Unido a nombre de Rubén Oscar. No es lo único. Al ser detenido, Alejandro Fernández portaba dos tarjetas de crédito -una de ellas falsificada por manipulación de los datos de su banda magnética-, una Visa Oro falsificada y otra tarjeta de La Caixa a nombre de Catalina Virginia.
El resumen de su sentencia, según los archivos publicados, nada tiene que ver con los famosos «80 euros». Según los hechos probados, Alejandro Fernández estaría acusado por el uso de varias tarjeta falsas a las que cargó valores que ascendían hasta los 22.000 euros, y por ser el encargado material de la fabricación de los plásticos fraudulentos.