Un portaviones y siete barcos navegan en dirección a un puerto cercano a Alepo
27 oct 2016 . Actualizado a las 07:47 h.La flotilla rusa que tenía previsto atracar en Ceuta para repostar antes de continuar su camino hacia Siria pasó de largo, después de que España y Rusia buscasen una fórmula para evitar un encontronazo diplomático. Las alarmas en Exteriores se activaron después de que el mando de la OTAN mostrase su preocupación porque un grupo de ocho buques de guerra rusos, comandados por el portaviones Almirante Kuznetsov -con capacidad para transportar 50 aeronaves de combate- utilizase un puerto de un país integrante de la Alianza Atlántica para repostar antes de continuar hacia Siria para «aumentar la catástrofe en el país», en palabras del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. La respuesta de Exteriores fue la de exigir aclaraciones a Rusia ante la posibilidad de que estos buques participaran en labores de apoyo a acciones bélicas sobre la ciudad siria de Alepo. Tras esta solicitud, la embajada rusa en Madrid comunicó a Exteriores que retiraba la petición de permisos de escala para esos buques y la flotilla pasó de largo.
El pasado mes de septiembre, el departamento que dirige José Manuel García-Margallo concedió permisos de atraque para repostaje a tres buques rusos que acompañan al Kuznetsov en el puerto de Ceuta desde el 28 de octubre al 2 de noviembre. Exteriores argumenta que en ese momento no se vinculó a la flotilla con el grupo de combate enviado hasta el mediterráneo oriental para reforzar el despliegue militar ruso en Siria. Tras las advertencias de la OTAN, Exteriores reaccionó y buscó una fórmula para evitar la escala técnica de los buques rusos en Ceuta, al tiempo que Margallo reiteraba que el Gobierno seguía «con extraordinaria preocupación los bombardeos sobre Alepo y la tragedia humanitaria que se está viviendo en Siria».
La agrupación rusa, integrada por el Almirante Kuznestov, el Piotr Veliki, un crucero con propulsión nuclear y varias fragatas y patrulleros, había partido del puerto ruso de Severomorsk el pasado 15 de octubre con rumbo a Siria. Desde el día 18, la OTAN está vigilando la evolución de los buques rusos. La agrupación naval aliada SNMG-1, bajo el mando de la fragata española Almirante Juan de Borbón, los sigue de cerca. En este contingente también participa el buque Cantabria. Ambos barcos de la Marina Española tienen su base en Ferrol y a bordo de las embarcaciones van 230 gallegos.
Matizaciones
La flotilla encabezada por el Kuznetsov cruzó en la madrugada del miércoles el Estrecho de Gibraltar y puso rumbo hacia la zona siria de Jableh, donde la armada rusa prepara ya la llegada de las naves, según informa desde la delegación de Ferrol Álvaro Alonso. Tras la controversia generada, el Ministerio de Defensa de Rusia aseguró que nunca llegó a solicitar oficialmente España autorización para que el Almirante Kuznetsov realizara una escala en el puerto de Ceuta, aunque sí reconoció que se planteó que tres barcos auxiliares repostasen en el puerto español. Según el comunicado firmado por el general Ígor Konashenkov, portavoz de la Marina rusa, la flotilla que se dirige al mediterráneo oriental «está equipada con todas las reservas y recursos necesarios para cumplir con su misión de navegación de manera autónoma».
«Tras cruzar el estrecho de Gibraltar, Defensa barajó la posibilidad de acordar con la parte española un escala rutinaria de algunos de los buques o de los barcos de asistencia que componen la flotilla», reconoció el general. Konashenkov precisó que las autoridades españolas les comunicaron que «debido a las presiones por parte de EE.UU. y la OTAN, la entrada de los barcos rusos en Ceuta no era recomendable». Rusia matizó que la falta de repostaje no influye en el plan de desplazamiento previsto por la flotilla, que seguirá la ruta establecida hasta llegar a Siria.
Sesenta buques recibieron asistencia en la ciudad autónoma desde el 2010
La flota rusa es un cliente habitual del puerto ceutí, en el que han atracado y recibido asistencia sesenta barcos desde el 2010, cinco de ellos durante este último año. Las escalas de la Marina rusa en puertos españoles «se producen desde hace años», aunque la entrada en puerto de los barcos se aprueba «caso por caso», reconoció ayer el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo. La autorización depende de las características del buque, pero el principal criterio que se sigue es «la seguridad del entorno, de la población y del puerto» en el que se vaya a realizar la escala.
Exteriores recalca que todas estas asistencias técnicas se aprueban «con total transparencia», tanto hacia la opinión pública como hacia los países «socios y aliados»