Lograr un acuerdo para evitar que el aumento de la temperatura del planeta no supere los dos grados a finales de siglo es uno de los objetivos del encuentro que mañana comienza en Francia
30 nov 2015 . Actualizado a las 13:09 h.Representantes de 195 países, más la Unión Europea, se reúnen a partir de mañana en la Cumbre del Clima de París (21 Conferencia de las Partes, COP21) con el fin de alcanzar un pacto global de lucha contra el cambio climático.
El objetivo y las fechas
El objetivo del encuentro es acordar un pacto que gestione el proceso mundial de descarbonización para que la temperatura del planeta no supere los peligrosos 2 grados a finales de siglo, así como para colaborar en la adaptación a los impactos que producirá el cambio climático aun cuando no se supere ese límite. El acuerdo entraría en vigor en 2020, tiene vocación de perdurar hasta 2050 y sustituiría la segunda fase del Protocolo de Kioto, aunque a diferencia de este, que solo incluía a un grupo de países industrializados que representan el 11 % de las emisiones, el nuevo acuerdo incluye responsabilidades para todos los países y cubriría casi el 100 % de los gases.
Los países plantean crear un mecanismo para revisar sus objetivos al alza cada cinco años, de manera que con el tiempo vayan siendo más ambiciosos y se pueda alcanzar el límite de los 2 grados antes de finales de siglo.
Los responsables y los compromisos
Cerca de 170 países responsables del 95 % de las emisiones han remitido a Naciones Unidas compromisos de reducción de emisiones para París (INDC, de Intended Nationally Determined Contribution en la jerga de las negociaciones). El efecto agregado de esas contribuciones, según la ONU, supondría un aumento de temperatura del 2,7 grados a finales de siglo.
Según un informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE) los compromisos requerirían una inversión de 13,5 billones, y en el caso de los países pobres están condicionados a la recepción de ayuda internacional.
Más allá de los compromisos, la finalidad del pacto es marcar el principio del fin de los combustibles fósiles, enviando un mensaje contundente a los mercados de la apuesta política mundial por una economía baja en carbono. Este objetivo se debe materializar en el texto con una fecha para las emisiones mundiales toquen techo, otra de reducción para 2050 y el fin de las emisiones en 2100.
Puntos de desacuerdo
Los tres principales puntos de desacuerdo en la negociación son la financiación para mitigación y adaptación al cambio climático en los países más vulnerables; la diferenciación o no entre países ricos y pobres y la ambición del acuerdo más allá de una mera declaración de intenciones.
Seis años después de que los países fallaran en el intento de alcanzar un acuerdo similar a este en la Cumbre de Copenhague 2009, las evidencias del cambio climático se han multiplicado: aumento de temperatura de 1,02 grados desde la época preindustrial, récord histórico de concentración de dióxido de carbono en la atmósfera (400 partes por millón) o el año más cálido de la historia: 2014.
Debate entre países
Los acalorados debates a nivel del G20, que este mes condujeron en Turquía a una declaración minimalista sobre el clima, pusieron en evidencia las divergencias existentes.
India y Arabia Saudita buscaron incluso que se omita mencionar siquiera en el acuerdo los 2ºC. El país «más problemático es India», destacó Pascal Canfin, del World Resources Institute (WRI). Cuarto emisor global de gases con efecto invernadero (6,5%), India forma parte del grupo de negociaciones del G77 ?que reúne a 134 países emergentes y en vías de desarrollo? y «está enviando señales muy ambiguas», indicó Célia Gautier, de la Red Acción Clima.
Por un lado, se está orientando hacia las energías renovables con ambiciosos objetivos en materia de energía solar. Por otro, a este gigante asiático que genera 60% de su electricidad a partir del carbón «le cuesta imaginar su desarrollo sin nuevas centrales» térmicas.
Arabia Saudita, también hostil a todo ciclo de revisión, podría intentar arrastrar a otros países a una actitud de bloqueo.
La búsqueda del consenso
Según las reglas de la ONU, todo acuerdo «debe ser aprobado por consenso de todos los países, lo cual es un enorme desafío», señaló Jennifer Morgan, del WRI. Para facilitar ese consenso, el ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, recorrió en las últimas semanas India, Sudáfrica y Brasil.
El momento político
Aún teniendo en cuenta estas divergencias, nunca antes ha existido un momento político tan favorable al acuerdo climático: China y Estados Unidos han rubricado un compromiso para luchar juntos contra el calentamiento; y los países del G-7 han emitido una declaración comprometiéndose a poner fin a los combustibles fósiles en 2100.
El contexto económico
El «clima» también es favorable en lo económico: 200 multinacionales han pedido a los países que pongan precio al carbono; las 10 mayores petroleras han creado una coalición para formar parte de las soluciones; las renovables abastecieron el 9,3 % de la demanda energética mundial en 2014 y su precio se ha abaratado notablemente en la última década (un 80 % en el caso de los paneles solares).
Hasta el papa Francisco, que ha dedicado una encíclica al cambio climático, considera que combatirlo es «una cuestión moral» y del «bien común»; y los líderes islámicos le han secundado con una declaración apelando al compromiso climático de los 1.600 millones de musulmanes.
¿Habrá acuerdo?
Como gustan decir los negociadores de la ONU «nada está decidido hasta que se decide». La Cumbre de Copenhague despertó tantas o más expectativas que París y acabó en un infructuoso debate entre países ricos y pobres sobre a quién le correspondía afrontar el problema.
En cualquier caso, la Cumbre de París no equivale a si va a haber acción o no en materia de clima, en tanto que es algo que ya existe y va a seguir existiendo. Se trata de decidir si esa acción se va a canalizar conjuntamente a través de un acuerdo mundial.
Aun habiendo acuerdo, París dejará tareas pendientes como la creación de un mercado único de dióxido de carbono; fijar un precio internacional al carbono o concretar planes que den respuesta a fenómenos por venir, independientemente de lo que ocurra, como el de los refugiados climáticos.
¿Por qué urge llegar a un acuerdo?
Desde 1995, «las catástrofes meteorológicas se llevaron 606.000 vidas, una media de 30.000 al año, con más de 4.100 millones de personas heridas, que perdieron sus casas o necesitadas de una ayuda urgente», indicó en un informe la Oficina de la ONU para la Reducción de Riesgos de Desastres (UNISDR). La enorme mayoría de las muertes (89%) se produjo en países de bajos ingresos, generando pérdidas financieras evaluadas en 1.900 millones de dólares.
La ONU advierte que esta progresión se mantendrá «en las próximas décadas», aunque los científicos no logran aún determinar en qué medida el aumento de estos fenómenos es debido al cambio climático.
¿Cuánto se ha calentado ya el planeta?
La Agencia Meteorológica británica anunció recientemente que la temperatura ha aumentado 1,02 grados desde la época preindustrial. La concentración de CO2 en la atmósfera de la tierra superó por primera vez el récord histórico de 400 partes por millón en el año 2013.
¿Cómo se ha evidenciado el cambio climático?
Según el último informe del IPCC los impactos del calentamiento se han hecho notar ya en todos los continentes. El nivel del mar sube 3 milímetros al año (según los satélites), los glaciares se deshielan , retroceden las capas de hielo, existen cambios en la vegetación y la fauna, o impactos severos sobre los arrecifes de coral.
La productividad de algunas cosechas ha disminuido, y se han visto también cambios en la salud, algunos de ellos relacionaos directamente con la temperatura, como las muertes por olas de calor.
¿Cómo afectará al ser humano?
Escasez de agua, inseguridad alimentaria, daños y pérdidas humanas por fenómenos meteorológicos extremos cuya intensidad y frecuencia está previsto que aumente, como inundaciones, tormentas, olas de calor o sequías. Habrá lugares del mundo donde la vida sería imposible.