La Fábrica de Lápices pierde la parte superior de la fachada

Rocío Pita Parada
rocío pita parada FERROL / LA VOZ

FERROL

Eliminados los salientes y los logotipos que coronaban la pared principal.

25 ene 2012 . Actualizado a las 07:01 h.

De la fachada de la Fábrica de Lápices han desaparecido los dos logotipos que culminaban el frente del edificio de oficinas. Los medallones con los muñecos entrelazados, símbolo de la marca Hispania, cayeron la tarde del pasado lunes junto a las espadañas, los dos salientes verticales que coronaban la pared. Según fuentes de la obra, se trataba de elementos que se encontraban «sueltos y bastante mal» y en su retirada también se llevaron por delante los singulares elementos, también dañados e imposibles de salvar por el mal estado y la demolición manual. La chimenea quedó ayer anulada.

El grueso de la demolición, según las mismas fuentes, está a la espera de que la Xunta dé el certificado necesario para poder retirar las viejas uralitas, que permanecen solo en algunas partes del inmueble. Lo hará la empresa Transporte Javier Ares, que se encargó también de la retirada de amianto de la estación de trenes de Vigo. Hasta entonces, los trabajos proseguirán en el interior y en las zonas donde no exista uralita.

Un portavoz de la sociedad Jerpu manifestó ayer la «preocupación» de los propietarios por la situación que se está viviendo con el derribo. Defiende la legalidad de la demolición y critica que durante todos estos años no se haya reclamado la conservación de elementos como la fachada y la chimenea. «Si tanto valor arquitectónico tenían, lo que es muy grave es tener que esperar veinte años a que todo sea firme y ya no haya vuelta atrás», declaró.

Jornada en el COAG

Precisamente, ayer la delegación ferrolana del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia celebró una jornada sobre el valor de la fábrica, que realizaron una visita a la planta. En ella se puso de manifiesto que la reunión anual del Comité Internacional para la conservación del patrimonio industrial en España envió sendos telegramas al director xeral de Patrimonio y al alcalde de Ferrol pidiendo la paralización cautelar de la obra.