Santiago y Madrid olvidan sus promesas para salvar el naval

Xosé Vázquez Gago
Xosé V. Gago FERROL / LA VOZ

FERROL

Sigue sin haber noticias del plan prometido por la Xunta para Navantia

26 feb 2012 . Actualizado a las 11:35 h.

«Do que máis cansos estamos é da palabra ?compromiso?, a repiten unha e outra vez, pero xa non queremos mais compromisos, queremos feitos». Las palabras de Jesús Pérez, delegado de UGT en Navantia Ferrol, resumen el ánimo de todo el sector naval, hastiado de incumplidas promesas electorales.

La situación no es nueva, durante más de 25 años los responsables políticos de la Xunta y el Gobierno central han formulado decenas de proyectos para los astilleros de la ría que no han ido a ninguna parte. Los chascos han llegado uno tras otro: juramentos de que se iba a levantar el veto sobre Astano, fallidos planes de reindustrialización, apuestas por sectores alternativos que no arrancaron...

El BNG y el PSOE siguieron en su día el guion a rajatabla. Fueron los padrinos del fracasado plan Ferrol, de todos aquellos intentos vacuos de dar uso a los «activos ociosos» de Astano y no dudaron en mandar a Andalucía las patrulleras encargadas por Venezuela, que Zapatero había prometido hacer en Ferrol. Pero los actuales responsables de la Xunta no se están quedado cortos a la hora de prometer lo que no cumplen.

El gran centro de reparaciones

El presidente gallego, Alberto Núñez Feijoo, llegó a San Caetano aupado sobre la promesa de crear un «gran centro de reparaciones» en Astano del que no se ha tenido noticia.

La excusa esgrimida por el PP es que era la SEPI, entonces controlada por el PSOE, la que impedía esos proyectos. Pero la Xunta no ha cumplido ni promesas para las que no necesitaba ayuda. Por ejemplo, sigue sin saberse nada en absoluto del cacareado plan que Feijoo iba a presentar para «revitalizar proxectos industriais en Navantia». El Gobierno gallego iba a presentarlo en verano del año pasado, pero nunca más se supo.

Hace unas semanas el conselleiro de Industria, Javier Guerra, aseguró en VTelevisión que casi un año más tarde el documento se está «reformulando».

La sensación unánime entre los representantes del sector es que les toman «de cachondeo». Ese sentimiento se ha disparado a raíz de lo ocurrido con el famoso dique flotante para reparaciones. El PP ha repetido una y otra vez que apoya el proyecto contra viento y marea, e incluso presentó un estudio, descalificado por la anterior dirección de Navantia, para hacerlo.

Desde el cambio en la Moncloa poco han mejorado las cosas. El PP rechazó esta semana en el Congreso la primera ocasión que ha tenido de respaldar el dique. Hace menos de cuatro meses, Feijoo dijo que estaba en «disposición de comprometer financiamento» para él, pero no se ha avanzado en ese sentido.

El fin del veto

En la campaña de las generales, el parlamentario Fernández de Mesa repitió que su partido quería «eliminar las trabas y limitaciones que nos ponen los países competidores europeos», en referencia al veto a la construcción civil en el astillero de Fene.

Pero no consta que Mariano Rajoy haya tocado ni una sola vez el asunto en los múltiples contactos con líderes europeos que ha mantenido desde que llegó a Moncloa, y lo mismo se puede decir del ministro de Industria, José Manuel Soria.

A estas alturas, los representantes de los trabajadores del sector ya no solo acusan a los políticos de incumplir su palabra, también de ser ignorantes en la materia. Manuel Grandal, delegado de CIG, aseguró en VTelevisión que el delegado del Gobierno, Samuel Juárez, «non tiña nin idea» de lo que le hablaban en la reunión que mantuvieron con él tras la marcha de protesta a A Coruña. Otro tanto dijeron de la parlamentaria que argumentó el no del PP en el Congreso a la propuesta del BNG para revitalizar el sector.

Todo esto con más de 5.000 puestos de trabajo en el aire.