El bicampeón del Mundo de triatlón se sinceró ante los alumnos de la Compañía de María
22 mar 2012 . Actualizado a las 12:56 h.Durante una hora de charla y otra hora recorriendo las clases del colegio Compañía de María de Ferrol, Javier Gómez Noya se sinceró ante los alumnos. El bicampeón del Mundo de triatlón participó ayer en el ciclo de visitas organizado por la asociación de padres de alumnos. Y habló tanto de sus éxitos como de sus etapas más difíciles: «Hubo momentos en los que estuve a punto de dejar el triatlón, de tirar la toalla porque recibí muchas zancadillas».
Gómez Noya abrió su charla con un vídeo sobre su carrera y el deporte que ha convertido en su profesión. A continuación desgranó su carrera, desde que compitió con 15 años en su primera prueba de triatlón en Castropol (Asturias). ?Fue una experiencia dura. Fui el más joven en una competición que se disputó sobre distancia olímpica. A mí edad, hoy no sé si me dejarían disputarla. Solo acabar, ya fue un reto, y me enganchó?, explicó.
El triatleta ferrolano, que abrirá la temporada el próximo día 1 en Miami, recordó momentos duros de su carrera, como cuando no fue seleccionado para los Juegos de Atenas. «Me llevé una de las grandes desilusiones de mi vida. Resultó frustrante, pero también una experiencia que me hizo aprender. Una vez que superas ese golpe, te haces más fuerte, para la competición y para la vida». Cuando la federación española le privó de su licencia durante el 2005, también lo pasó mal. «Llegué a creer que no competiría nunca más. Pero, al mismo tiempo, me di cuenta de que no dejaría de hacer nunca triatlón, porque es mi pasión».
En una charla en la que intentó transmitir a los alumnos del colegio los valores del esfuerzo y la constancia, recordó el tercer gran palo de su carrera, cuando acabó cuarto en los Juegos de Pekín. Lastrado por una lesión y como máximo favorito al título, quedó fuera de las medallas tras una etapa de sufrimientos: «Durante las semanas previas, me levantaba de la cama y no podía ni caminar. Pero no quería ir de víctima y preferí no hacer público el problema. Después de la competición, llegó un momento muy duro, otro golpe en mi carrera, pero me marqué nuevos objetivos, como la medalla en Londres 2012. A día de hoy no me duele nada, y eso ya es algo importante».
«Los valores del sacrificio y el compañerismo, pese a que el triatlón es una disciplina individual, los he ido aplicando en todos los aspectos de mi vida. Porque el deporte te proporciona una enseñanza que se da en muy pocos más sitios?, reiteró antes de responder las preguntas de los niños: «Trabajad en todo lo que hagáis. Para ser médico o ingeniero tenéis que esforzaros».
Y recordó su propia historia personal, cuando llegó algo tarde a la natación, a los 11 años, cuando otros niños llevaban tres o cuatro compitiendo. ?Era el último en mi calle, incluso con niñas menores que yo por delante?. Cuando los alumnos supieron que Gómez Noya cumplirá 29 años el domingo, de forma espontánea, cerraron el acto cantándole un simpático «Cumpleaños feliz».