Un hotel en medio del mar

ANA F. CUBA MAÑÓN / LA VOZ

A CORUÑA CIUDAD

ANGEL MANSO

El Concello de Mañón ha renovado la concesión del Semáforo de Bares por otros diez años

31 dic 2012 . Actualizado a las 07:01 h.

«Una casa en el cielo, un jardín en el mar...», cantaba la caboverdiana Cesária Évora. Y podría añadir un hotel, rodeado de jardines, entre el mar Cantábrico y el océano Atlántico, en la punta más septentrional de la península ibérica. Ahí se encuentra el Semáforo de Bares, una construcción militar del siglo XIX, empleada para el control marítimo mediante señales con banderas (el mástil original, muy deteriorado, continúa junto al edificio), base meteorológica y centro telegráfico de la zona, rehabilitada como hotel de naturaleza, abierto desde 2002.

Hace una década desde que Francisco Javier Pardo, coruñés de Montealto, y Mª Dolores García-Salazar, madrileña de Getafe, se hicieron con la gestión del establecimiento, de seis habitaciones. El Concello de Mañón acaba de renovarles la concesión (se presentaron otras dos ofertas) por diez años más. Javier, diplomado en Turismo, dejó el parador de Fuente Dé, en los Picos de Europa. Y Dolores, con estudios de Márketing y Publicidad, abandonó el servicio de información 010 del Ayuntamiento de Madrid. Para enrolarse en esta aventura.

Una pequeña familia

«Soy el hombre más feliz del mundo trabajando aquí», subraya el gerente, que dirige «una pequeña familia»: su mujer, sus padres, cuya ayuda agradece «muchísimo»; Tania, contratada todo el año; y Esther, empleada en la época estival. Los huéspedes -la mayoría de Madrid, Asturias y Vigo; además de andaluces y levantinos «que vienen a dormir con manta», en verano; y cada vez más alemanes, franceses o italianos- también encuentran la felicidad en este rincón de Ortegal, cautivados por la extraordinaria belleza del paisaje y la tranquilidad.

«Preferimos que el cliente llame directamente, no queremos intermediarios. Nuestra mejor promoción es el boca-oreja y mucha gente repite», cuenta Javier, empeñado en promocionar la comarca de Ortegal. A los huéspedes les recomienda las rutas del río Sor y el litoral, hasta los acantilados de Picón, en Loiba, o San Andrés de Teixido.

Quienes se alojan en el Semáforo de Bares buscan «desconectar» y un trato directo y cercano, justo lo que aquí les brindan. «Por suerte», admite el gerente, «el hotel se vende solo». No solo el entorno, entre dos mares, lo hace único. También la presencia frecuente de parapentistas, todo un espectáculo visible desde los ventanales del hotel. Para los más intrépidos la escuela Parapentelandia ofrece vuelos biplaza desde el acantilado, entre el semáforo y el faro. De aquí al cielo de Évora.