Varan 22 calderones en la playa del Porto de Bares, en Mañón

Ana F. Cuba PORTO DE BARES / LA VOZ

FERROL

Vecinos y efectivos de Protección Civil tratan de devolver los 16 animales que siguen vivos al mar

08 oct 2013 . Actualizado a las 13:09 h.

Seis de los 22 calderones tropicales que recalaron en la madrugada de ayer en el Porto de Bares, en Mañón, perecieron al poco tiempo de encallar en la playa, a pocos metros de O Coído. Se trata del segundo varamiento masivo de esta especie de cetáceos que se produce en la costa gallega y, probablemente, el mayor que se haya registrado en España de ejemplares de esta especie. El anterior tuvo lugar en esta misma ría, frente al puerto de O Barqueiro, en septiembre de 1998. Entonces aparecieron 14 ejemplares y la mayoría murieron.

Colaboradores de la Coordinadora de Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma), personal y voluntarios de Protección Civil pelearon durante toda la jornada de ayer para evitar que los supervivientes, entre ellos varias crías, vararan de nuevo. Durante la mañana, vecinos y turistas lucharon por evitar «unha desgracia aínda maior», como apuntaba una pareja de austríacos, arrastrando al agua a varios ejemplares con cabos y la ayuda de un tractor del Concello de Mañón y varias embarcaciones.

En el arenal se congregaron, en algunos momentos, más de 60 personas, entre ellas varios pescadores que retrasaron la faena para lanzarse al agua, junto al resto de voluntarios, y tratar de retener a los animales, que se dirigían, una y otra vez, hacia la playa. En el otro extremo, junto a la Igrexa Vella, que oculta los restos de una villa romana, una decena de personas se encargaron de mantener a flote a tres calderones, alguno herido, «empeñados en vir para terra». Ataviados con trajes de neopreno y, en algún caso, en bañador, los miembros de este improvisado equipo de rescate «fixeron o que puideron cos medios que hai»», reconoció Alfredo López, del Cemma.

El sol ya apretaba cuando personal de la coordinadora empezó a realizar las necropsias, tarea que se alargó varias horas. Mientras, el resto del operativo desplegado se ocupó de los supervivientes, que vagaron por la ría. Evitaron que encallaran en la playa de Arealonga (O Vicedo) y la corriente los arrastró hacia la isla de San Martiño y San Fiz, río arriba. Anoche seguían librando una batalla heroica para intentar apartarles de la costa y de una muerte segura.