Administración ausente: ni gaseros, ni dique, ni offshore ni buques
FERROL
Astano, acreditado internacionalmente como eficiente constructor offshore después de construir y armar complejas plataformas semisumergibles y otras con forma de buque y que reparó y transformó varias, estaba especializado en este campo. Las tres últimas unidades entregadas fueron para las mayores profundidades en que se realizaba exploración y producción: Golfo de México.
Había logrado equilibrar resultados y se decidió su integración en Izar junto a Astilleros Españoles y Bazán, tradicionalmente dedicada a construcción militar. En 2006 nuevo nombre: Navantia. Para englobar resultados y maquillar pérdidas de la construcción civil del resto de astilleros estatales. ¿Necesitaba eso Astano ya equilibrado y especializado en un sector diferente?
Llega la sanción de Bruselas: la facturación por construcción civil de Navantia no superará el 20% y el inmerecido castigo a Astano: no ofertar construcciones civiles hasta 2015. Las gradas quedan vacías, como exponente de la inutilidad de los que mandan.
Se estaban realizando reparaciones de complejos gaseros. Su tamaño ha venido aumentando (el mítico construido en Astano era de 40.000 m3 y los actuales de 150.000). No caben en los diques disponibles. Por eso se propuso un dique flotante de tamaño adecuado. De no tenerlo hay que renunciar a estos trabajos. Intragable es que cuatro grandes gaseros, dos para la española Elcano y dos para la tradicional clienta Knutsen, para transportar GNL para Gas Natural, se vayan para Extremo Oriente, con el desinterés de la Administración.
Se fue el . Gradas e instalaciones para hacer buques vacías. ¿Cuándo un nuevo buque de guerra? Sin respuesta. Más lunes al sol en el astillero más emblemático...
Posibilidades que ofrece el offshore, aparte de la eólica y otras energías marinas:
Escenario para los próximos cinco años con fuerte demanda de plataformas para aguas profundas con tendencia alcista para semisumergibles y drillships y múltiples pedidos pendientes en astilleros impulsados por la necesidad creciente de hidrocarburos y el aumento de los precios, lo que incrementa las expectativas de ganancias.
Recientemente había 785 plataformas móviles en servicio y 185 en construcción, de éstas, 22 semisumergibles y 85 buques, que da idea del alto porcentaje de renovación. También según GBI Oil R&G, ante la caída de la construcción naval, los astilleros se han interesado por plataformas para aguas profundas, con mayor margen de beneficio, así como en fabricación de equipos submarinos pues se espera que estas instalaciones experimenten gran aumento: de 27.000 millones de dólares en 2011 a 130.000 en 2020. Han tratado de diversificarse en este sector, habiendo negociado compras y fusiones de empresas de tecnología submarina, como Samsung, que negociaba la compra de empresas de ultramar de tecnología de equipos y producción submarina.
Además, normas más exigentes para aguas profundas exigen adaptar las plataformas a fin de evitar desastres como el del Golfo de México. Por otra parte, tanto por envejecimiento como por la falta de cumplimentación con normas nuevas, los armadores tienen que contratar nuevas construcciones y los precios crecientes de crudo y gas hacen más atractivas las operaciones en aguas más profundas, habiéndose notado como surgen pedidos para construcción de nuevas unidades de diseño avanzado, pronosticando fuertes inversiones en offshore. Se han estado diseñando también nuevas plataformas para ambientes muy arriesgados como son las muy duras condiciones del Ártico.
La siguiente noticia, como ejemplo de creación de empleo: «Cádiz creará unos 1.000 empleos tras el acuerdo con Statoil para la construcción por Dragados Offshore de la mayor plataforma de sus 40 años de historia en Puerto Real y garantizará el empleo hasta 2015. Opción para otra plataforma. Se consolida como líder en el Mar del Norte». Dragados ha dispuesto tres factorías: Puerto Real en Cádiz y Algeciras, fabricaciones de estructuras de las más modernas de Europa con muchos talleres de calderería, soldadura, tubería, pintura, hidromecánica, etc, y focos principales de negocio en el Mar del Norte, Mediterráneo y Costa Oeste de África. Por el alto volumen de negocios con Pemex y aumentar la presencia en el Golfo de México, abrió también la factoría de Tampico.
No serían sólo las plataformas las que darían puestos de trabajo. Surgiría buen número de pymes de ingeniería, auxiliares y fabricación de equipos con alta exigencias tecnológica y de calidad, con posibilidad de competir. Ejemplo: una empresa de Vilagarcía, antes noruega y hoy totalmente española, dedicada antes a fabricación de bombas y equipos para buques, frío, etc., es hoy un referente en fabricación de herramental submarino para offshore.
No es de recibo que las instalaciones punteras de Astano donde se había invertido una cuantiosa suma en equipos y automatización en talleres de estructuras justo antes de su estancamiento como constructor offshore estén hoy casi inoperativas y se haya cercenado su futuro y el de la población de Ferrolterra. Creo tener derecho a manifestar que ésta es una opinión autorizada basada en el saber y experiencia adquiridos en los años de trabajo en Astano, empresa sin perspectiva en 1984 en la construcción de buques convencionales, donde me designaron entonces como director para implantar la construcción offshore. Junto con las personas que entonces ayudaron, logramos colocar a Astano en el mundo de la construcción offshore. Desde 1988 hasta que cesaron su actividad allá por 2004 no paró en este campo, con el listón puesto muy alto. Y hoy es necesario y ha de ser posible reactivar esta industria esencial para paliar el desempleo en Ferrolterra.
No es mi opinión la única. Cito y agradezco lo manifestado a propósito por José L. López Sors en La Voz de Galicia, en un artículo sobre el accidente del Mar Egeo. Con relación a los problemas de Ferrolterra citaba: «Con el cierre de Astano, cuya única maldad reside en ser un magnífico y moderno astillero, quizá la negociación con la UE podría ir en la dirección de evitar la construcción de buques tradicionales, que es lo que preocupa a la competencia europea, y dedicarlo a la construcción de plataformas petrolíferas flotantes, de las que ya tiene exitosa experiencia, con condiciones laborales similares a las que disfruta Dragados Offshore en Puerto Real».