Sin barreras también para el sexo

Noelia Silvosa
n. silvosa FERROL / LA VOZ

FERROL

JOSÉ PARDO

La Asociación de Minusválidos acogió una charla para eliminar tabúes

29 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

¿Qué es el sexo?. Este interrogante supuso el punto de partida de la charla que tuvo lugar ayer en la Asociación de Minusválidos (ASCM), que fue impartida por el personal del centro adscrito a la Dirección Xeral de Xuventude e Voluntariado de la Xunta Quérote+. Las respuestas no se hicieron esperar por parte de los usuarios. Caricias, roces o «facer o amor» fueron algunas de ellas. Pero no. El sexo, tal y como explicó la psicóloga Noa Ilve, es el que aparece en nuestros carnés de identidad.

«El sexo indica si somos hombres o mujeres. Todos lo somos. Vayamos en sillas de ruedas, con muletas, seamos ciegos o tengamos problemas para comunicarnos», indicó. Y es que la eliminación de barreras es el punto de partida de la iniciativa, que pretende la integración plena de las personas con discapacidad y la eliminación de tabúes en este aspecto.

Una aproximación a la práctica

Si en otras charlas los usuarios de la entidad pudieron oír ponencias sobre la parte teórica del encuentro sexual, esta se diferenció por su aproximación a la práctica. Y es que Ilve explicó que la erótica no es otra cosa que aquello que las personas pueden practicar y les produce placer. Fue entonces cuando salieron a colación diferentes praxis.

«¿Somos libres para practicar lo que queramos?», preguntó la psicóloga. Resulta que no. Y es que el cine y la televisión, indicó, establecen un modelo tan extendido como alejado de la realidad.

En la mayor parte de los casos proponen relaciones heterosexuales, en las que los protagonistas comienzan besándose para recostarse en la cama alcanzando el placer al unísono.

La psicóloga aseguró que en la vida real es raro que se de esa sincronía entre ambas partes, así como añadió que la sociedad actual solo atiende a las mismas experiencias de siempre.

Ruleta de preferencias

Para ilustrar la realidad del sexo, Ilve recurrió a una ruleta compuesta por todas y cada una de las posibles prácticas amatorias. Una rueda que cada persona ha de confeccionarse dándole más importancia a aquellas que realmente le gusten.

Por eso muchas reflejarán los llamados preliminares, mientras que en otras lo que para muchos son meros preámbulos acapararán todo el protagonismo. «Somos diferentes», aseguró la psicóloga. Las enfermedades e infecciones de transmisión sexual también ocuparon parte de la charla. Ernesto, especialmente preocupado por esta cuestión, se preguntaba cómo evitarlas. «Te pones una capucha y ya está», le respondió otra compañera.

Pero el momento estrella vino de la mano de Pancho, un voluntario de la ASCM que ni corto ni perezoso, se lanzó a darle un beso a la usuaria que tenía al lado. «Hay que preguntar primero», apuntó Ilve. Que le quiten lo bailado.