Ánxeles Seoane y Daniel Iglesias recuerdan sus años en el Concepción Arenal, donde ella impartía clase y él forjó su vocación docente
14 sep 2014 . Actualizado a las 07:00 h.Ánxeles Seoane y Daniel Iglesias se ven con frecuencia. Hablan del pasado, de su presente como profesores, pero sobre todo de libros y de casi todas las formas de narrar. Cuando ella toma la palabra; él sonríe casi embelesado y, sin embargo, el exalumno -ahora profesor en el Sofía Casanova- ensalza los silencios de su antigua profesora: «El recuerdo que tengo es que dejaba hablar a la gente, como hace ahora, e incluso te dejaba exponer teorías, aunque fuesen totalmente erróneas, porque después te convencía con sus explicaciones. Estaba tan segura de sus conocimientos que lo hacía de una forma tan pausada, tan tranquilizadora...», explica un alumno de la promoción que terminó COU en el curso 87-88.
Ánxeles califica aquella clase de «maravillosa» y recuerda que ese fue el año en el que llegó a Ferrol, con 25 años, procedente de Viveiro. «No te imaginas lo que era que apareciese una profesora joven como ella y nos recitase, bueno nos cantase el Romancero viejo. Nos quedábamos asombrados», rememora un enamorado de las letras, que asegura que le debe su trayectoria profesional a su exprofesora. Y lo hace repitiendo los argumentos de otro alumno que pasó por esta sección la semana pasada.
«Ánxeles es la causa de que me hiciese profesor de literatura, de alguna forma los estudiantes nos queremos ver reflejados en algún maestro y yo quería verme reflejado en ella. De hecho, pienso que si algún día soy capaz de transmitir a los alumnos una décima parte de lo que me dio Ánxeles, ya estaría feliz», confiesa ante la amplia sonrisa de su mentora.
40 alumnos por clase
En la conversación hay tiempo para recuerdos dulces, pero también intercambio de sinsabores: «Antes había más de 40 alumnos por clase, aunque teníamos más horas para la literatura que, no nos engañemos, es una disciplina muy compleja», comienza a contar una profesora casi recién retirada que para explicar una obra recurría a contenidos filosóficos y huía de los esquemas clásicos. Algo que sus pupilos tienen presente aún ahora: «Cuando me veo con Felipe, otro alumno, aún recordamos las clases en las que explicabas el concepto del tiempo para que comprendiésemos la poesía de Machado. Seguimos hablando de eso, porque nos dejó tremendamente sorprendidos», explica el nuevo subdirector del Sofía Casanova.
Ambos lamentan que ya no puedan dar a leer una obra al completo a sus pupilos, porque solo se estudian fragmentos. No hay tiempo y tampoco madurez para desarrollar los programas de antaño: «Es una pena la infantilización de la que se está adueñando de la sociedad y, sobre todo, es una pena que existan alumnos que quieren saber más de literatura, aunque sean de ciencias, y no se les puede dar esta posibilidad», se lamenta Ánxeles.
Ánxeles seoane exdocente / daniel iglesias exalumno