Vilasánchez explicó en un foro en Madrid el trabajo realizado en el sector
18 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.Navantia ha finalizado los estudios para el diseño de un buque de transporte de gas para el suministro a otros navíos, en el marco de la alianza que ha sellado con Reganosa, el Puerto de Ferrol, el Inega y la Universidad para convertir a la ría en un nudo de abastecimiento de este combustible para el sector marítimo. Se trata de un navío con capacidad para portar entre 3.500 y 7.000 metros cúbicos de gas y un coste de entre 20 y 30 millones de euros. Este barco sería una pieza clave en la implantación de este proyecto, aunque las posibilidades que abre el uso del GNL para el movimiento de las flotas abarcan otros ámbitos, y los astilleros públicos no quieren dejar pasar la oportunidad de explorar todas las opciones.
El director industrial de Navantia, el mugardés Esteban García Vilasánchez, expuso ayer el trabajo realizado en este mercado en el XVI Encuentro del Sector Gasista Español, celebrado en Madrid, en donde explicó que también está llevando a cabo otros estudios para el diseño de gabarras y de estaciones flotantes de suministro. La empresa, que atesora conocimiento y experiencia tanto en la construcción de buques gaseros como en su reparación, ha realizado además estudios sobre la transformación de buques convencionales para que puedan moverse con fuel. En concreto, ha analizado la posible conversión de cuatro buques quimiqueros de 15.500 toneladas de peso muerto y de un Shuttle tanker para la utilización del gas natural licuado como combustible primario del equipo propulsor y de generación eléctrica.
El director industrial de la compañía explicó la experiencia y posicionamiento que tiene la empresa en el sector, en donde cuenta ya con un diseño de buque «acorde a los últimos requisitos del mercado» y también su bagaje en la reparación y transformación de metaneros. En este sentido, mencionó la conversión del gasero FSRU Golar Winter -una unidad flotante de almacenaje y regasificación- para permitir su conexión a otro buque LNG abarloado a su costado para transferir la carga de gas natural licuado de este último y continuar así regasificando y suministrando el combustible a la red.
Vilasánchez se mostró confiado en las opciones del uso del gas para el transporte y considera que «la construcción naval ofrece soluciones a los retos técnicos planteados» aunque afirmó que es necesario un marco legal y fiscal para impulsar la actividad y también «una actuación global para el desarrollo de estaciones de bunkering». Esta práctica podría llegar a representar hasta un 14 % del consumo de GNL a nivel mundial y un 8 % de combustibles fósiles para el transporte marítimo.