Ha fallecido en unas obras de un muelle de la base naval de A Graña, en Ferrol
10 ene 2015 . Actualizado a las 01:55 h.La tragedia se ha cebado con la familia de Elisa Abruñedo, la mujer asesinada en Cabanas después de ser agredida sexualmente en el verano del 2013. El crimen se cometió a pocos metros de su domicilio. Con la sombra de esa tragedia todavía planeando por el municipio, ya que el caso no se ha resuelto, ayer el viudo de Elisa, Manuel Fernández Martínez, de 57 años, fallecía por la mañana en la ferrolana Estación Naval de la Armada en A Graña aplastado por una roca como consecuencia de un accidente laboral.
Tal y como ha detallado el Ministerio de Defensa a través de la Marina, Manuel Fernández estaba trabajando como operario de una empresa subcontratada para realizar unas obras en un pantalán de la mencionada estación naval. Finalizadas las tareas se estaba procediendo a retirar los escombros y las rocas sobrantes por parte de la citada firma mediante un camión grúa. Justo en el punto de descarga, al abrirse la balda lateral del vehículo pesado, una roca de gran tamaño cayó encima del viudo de Elisa Abruñedo.
Personal sanitario del recinto militar se trasladó al lugar de los hechos de inmediato para intentar la reanimación de la víctima y, al mismo tiempo, se alertó al servicio de emergencias del 112, que envió una ambulancia. Tal y como detalla la Armada, «no lograron evitar el fallecimiento tras cuarenta minutos de intento de reanimación».
Al lugar de los hechos se desplazaron también agentes de la Policía Local, Policía Nacional y Judicial, que levantó el correspondiente atestado del accidente. Con la llegada del forense se autorizó el levantamiento del cadáver para su traslado al objeto de realizarle la autopsia.
El drama familiar
Mientras tanto la consternación era absoluta en la casa familiar, que volvió a convertirse en escenario del dolor poco más de un año después del asesinato. Allí es donde se reunieron, además de varios amigos y allegados que conversaban fuera, los familiares más directos, entre los que se encontraban la hermana de Elisa y su cuñado, José Raúl Fernández. Dentro, totalmente destrozados, los hijos de los fallecidos. «Han perdido a su padre y a su madre en menos de dos años y contra natura», apuntó Fernández a La Voz horas después del accidente con la incredulidad de quien todavía no ha asimilado la tragedia. «Es duro verte aquí otra vez», indicó para añadir que, «además, todo fue muy rápido».
«Nos llamaron cuando estábamos en Bergondo. Y en el tiempo que tardamos en llegar de Bergondo a Sada, que nos llevó unos diez minutos, recibimos varias llamadas primero diciéndonos que había sido grave, luego que lo estaban reanimando y después que ya había muerto», explicó el cuñado político de Manuel Fernández.
«Empezaba a recuperarse»
Familia y allegados coinciden en que el viudo de Elisa Abruñedo estaba empezando a remontar. «Estaba en el paro cuando ocurrió, pero después encontró trabajo y estaba mejor», señalan. Con respecto a esto, José Raúl Fernández explica que, no obstante, nadie se había recuperado del trágico crimen. «De hecho, no celebramos el fin de año. Es que no nos presta, no nos lo pide el cuerpo, nos quedamos cada uno en su casa», precisó.
Entierro hoy en Bergondo
Pasadas las cuatro de la tarde, recibieron el aviso de que el cuerpo de Manuel se dirigía hacia el tanatorio de San Lorenzo. Ya en el velatorio la familia recibió las condolencias de vecinos y conocidos. Gestos de apoyo y turbación que se repetirán hoy en el cementerio de San Juan de Ouces, situado en el municipio de Bergondo. Allí descansará eternamente junto a su mujer, Elisa, cuyo sepelio tuvo lugar en el mismo camposanto.