El gobierno quiere zanjar el contrato eléctrico en un mes

FERROL

CÉSAR TOIMIL

El bipartito prevé firmar otro de «transición» mientras no se constituye la empresa municipal de servicios

27 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La decisión política de la renuncia al proceso de adjudicación del contrato eléctrico mixto en marcha desde el anterior mandato abre numerosas incógnitas sobre el futuro de un servicio millonario que, de prosperar, se replanteará completamente. El alcalde quiere dar carpetazo y oficializar el bloqueo a esa contratación el próximo mes, en el pleno de septiembre. Y después... ¿qué? Se abre un nuevo largo y arduo camino que el bipartito quiere llevar hasta la remunicipalización un servicio que lleva sin contrato desde el año 2011.

¿Cómo era el contrato previsto?

Los pliegos licitados por el PP contemplaban un contrato mixto que aunaba suministro y mantenimiento y por quince años, a razón de 2,75 millones cada ejercicio. La propuesta de adjudicación que salió del proceso -a la unión temporal de empresas formada por la firma local Sefcon y FCC- ofertó rebajaba en veinte meses la duración y el coste por año a 2,33 millones. Se preveían importantes inversiones, la iluminación exterior de seis edificios municipales y un ahorro de unos 300.000 euros sobre el gasto anual de tres millones de euros.

¿Por qué el gobierno quiere renunciar a él?

Por razones ideológicas y las técnicas y económicas que aporta ahora el último estudio encargado al Instituto Tecnolóxico de Galicia, que costó 10.000 euros a las arcas municipales. Se critica la larga duración del contrato, la falta de control que el Concello tendría sobre ese contrato y la incapacidad de poder negociar su coste, dejándolo en manos de la empresa privadas. Pero a nadie se le escapa el trasfondo político de tumbar un contrato del PP que Esquerda Unida calificaba desde la oposición de «pelotazo».

¿Cómo será el futuro contrato?

El gobierno local dice querer ir «paso a paso» con la nueva licitación. Se parte de que mantenimiento y suministro irán por separado. Para el abastecimiento eléctrico se prevé un contrato de duración muy inferior, con uno o dos años como máximo, avanzó el alcalde, que señala que su preferencia sería un modelo de compra centralizada como el que utiliza, por ejemplo la FEMP. La parte del alumbrado quedaría en manos del Concello, dentro de la empresa municipal de servicios que pretende crear. Pero existen trabas legales para la creación de nuevos organismos que el gobierno estudia ya. Mientras tanto, Suárez explica que se hará un «camiño de transición», con un contrato de mantenimiento, con la garantía de subrogación de los trabajadores. «O que prima é o aforro económico e blindar os dereitos laborais dos traballadores», defiende.

¿Cómo se pagará el servicio mientras no haya un nuevo contrato?

Como hasta ahora: con la convalidación de las facturas que presenta Sice a través de su reconocimiento extrajudicial, que requiere su aprobación en el pleno. El gobierno local fue advertido en reiteradas ocasiones por la Intervención municipal por utilizar este método extraordinario de forma continuada. Sin embargo, el gobierno local confía en que una vez tomada la decisión de la renuncia y emprendido este camino no se pongan reparos a continuar haciéndolo así hasta el nuevo contrato.

¿Hay posibilidades de que la renuncia no salga adelante?

Muy pocas. El alcalde las cifraba esta semana en un 0,5 %. El estudio del Instituto Tecnolóxico de Galicia todavía debe recibir el visto bueno de funcionarios municipales y pasar por el pleno, donde tiene garantizado los apoyos de un BNG que siempre defendió esta renuncia y que le garantiza la mayoría.

¿Habrá que indemnizar a la firma que aspiraba a ser adjudicataria?

Probablemente, aunque no en una cuantía excesiva. El contrato no estaba oficialmente otorgado y solo existía la propuesta de adjudicación. Sefcon y FCC solo tendrían derecho a reembolsarse el coste de la elaboración y presentación de la oferta. La ute aguardará a que la renuncia sea oficial para tomar una decisión sobre una posible reclamación.