Más de una treintena de integrantes participaron en el programa «As Pontes, experiencia industrial»
11 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Más de una treintena de integrantes de seis entidades pontesas fueron ayer los primeros afortunados en participar en el programa bautizado con el título de As Pontes, Experiencia Industrial. La iniciativa, impulsada por el departamento que dirige Montserrat García Chavarría, presentó hace algunas semanas un proyecto que nació con el objetivo de «dar importancia, valorar los recursos que hay en este municipio. Hasta ahora no hemos tenido en cuenta el patrimonio que teníamos», señala la concejala de Industria.
Pasadas las diez de la mañana, un autobús con representantes de las asociaciones de vecinos de Aparral, As Veigas, Encoro da Ribeira, Beira do Eume, Lembranza da Vila y de la agrupación de las amas de casa salía de las inmediaciones del ayuntamiento pontés para dirigirse a la primera parada: la empresa dedicada a la cría de roedores Xaraleira. El responsable de la firma, José María Vilaboy, realizó una explicación pormenorizada de la historia de un proyecto innovador que, tal y como subrayó, tuvo que superar muchos obstáculos en sus orígenes. Además, los asistentes recorrieron las instalaciones de la planta y recibieron información sobre las previsiones de futuro de la empresa pontesa. «En la mayoría de las ocasiones, pasamos por los polígonos industriales sin pararnos a pensar en lo que ahí se genera. Lo mismo con las empresas. Ahora los vecinos pueden conocer los entresijos de las mismas», detalló García Chavarría.
A continuación, los vecinos se desplazaron a la parroquia de Vilavella donde el contraste entre la arquitectura tradicional gallega y las instalaciones industriales se hace especialmente evidente dada su proximidad con la central térmica, el ciclo combinado o las rotopalas en desuso de la compañía Endesa. La primera aproximación al patrimonio industria pontés también acercó a los participantes al lago artificial. Allí profundizaron en la evolución de una zona que ha modificado la fisonomía del municipio y cuyo origen fue una parroquia agrícola para pasar a ser, durante años, una de las mayores minas a cielo abierto. Y para cerrar la jornada, y también la vinculación con la eléctrica Endesa, la visita se detuvo en el poblado de As Veigas, zona residencial que presenta multitud de singularidades, que fue impulsado en los años 40 por la empresa Calvo Sotelo para acoger, posteriormente, a los trabajadores de Endesa. As Pontes, Experiencia Industrial continuará el próximo viernes con una nueva visita guiada.