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Cabras y ovejas mantendrán limpios los alrededores del castillo

ANA F. CUBA MOECHE / LA VOZ

MOECHE

césar toimil

El Concello sustituye las desbrozadoras por el pastoreo para eliminar hierba y maleza, gracias a la colaboración vecinal

17 may 2017 . Actualizado a las 09:07 h.

Quien se acerque estos días al castillo de Moeche se encontrará con un espectáculo sin duda inesperado. Los cabritillos brincan por el foso y el entorno de la fortaleza, junto a sus madres, algunas de raza enana, y a un pequeño rebaño de ovejas y corderos. A estos animales les han encomendado la misión de mantener a raya la hierba y la maleza alrededor de la emblemática edificación, erigida en el siglo XIV. Los rumiantes sustituyen al personal municipal que, equipado con desbrozadoras y máscaras de protección, solía dedicar varias horas, de forma periódica, a eliminar el exceso de vegetación.

«Establecemos un acordo de colaboración cos veciños do entorno do castelo, enfocando a actividade de pastoreo como elemento de desbroce e mantemento desta área», explica la alcaldesa. La nacionalista Beatriz Bascoy agradece la colaboración de los propietarios de estos mamíferos y subraya «o considerable aforro de traballo e tempo» que acarreará para el personal del Concello, «un número reducido para as numerosas tarefas municipais». Incide, además, en el carácter ecológico del sistema, «que favorece a conservación, como alternativa ás coitelas, á maquinaria e aos produtos químicos». Si se utiliza en países europeos como Holanda o Alemania, ¿por qué no aplicarlo en Moeche? A Fina Rego, dueña de ocho cabras (cinco grandes y tres enanas) y otros tantos cabritillos, alguno recién nacido, cuatro ovejas y tres corderos, y un macho de cada especie, la idea le ha parecido «xenial». «É fabuloso e ten beneficios para todos, así non fai falla empregar herbicidas e noutros sitios de monte tamén teñen animais para a prevención de incendios», cuenta. Al ahorro que representa para el Concello, se suma el menor gasto en la alimentación de estos mamíferos.

Esta vecina reconoce que ya se ha detenido más de una vez a observar cómo saltan los cabritillos en el foso, mientras los ejemplares adultos devoran hierba y hojas de zarzas, que acaban secando. Ahora está pendiente de colocar una malla para impedir que el rebaño se cuele en una finca colindante, de propiedad privada. Si esta fase inicial de prueba resulta efectiva, el ejecutivo local de Moeche pretende dar continuidad a la experiencia. Sobre el foso excavado en la roca, en la zona oeste del castillo, crece a buen ritmo la vegetación, que ahora se encargan de eliminar estos pequeños pero muy eficientes herbívoros caprinos. Las ovejas prefieren las gramíneas, que las cabras intercalan con arbustos o ramas bajas de árboles. «E, a diferenza das vacas -destaca Fina Rego-, case non manchan».