El empresario naronés José López ha llevado su pasión por los bólidos a su nuevo negocio, el restaurante Bugatti, en el que cada día quince días se podrá ver un coche diferente
19 nov 2015 . Actualizado a las 07:39 h.El maridaje perfecto entre el mundo del motor y la gastronomía se puede encontrar con solo cruzar el umbral del número 8 de la avenida de A Solaina, en Santa Icía (Narón). Allí abrió sus puertas el pasado martes el restaurante Bugatti, un local de hostelería que no solo hace un guiño a los amantes de los bólidos de lujo con su nombre, sino también con los tesoros sobre cuatro ruedas que custodia en su interior. Y es que, mientras el comensal deleita al paladar con unas sabrosas navajas acompañadas de un vinito blanco -uno de los platos estrella del restaurante-, un imponente Ferrari modena de color rojo plantado en medio del comedor se encarga de alegrarle la vista.
Pero la historia no termina ahí, porque en los próximos meses también está previsto que desfilen por el Bugatti otras muchas joyas del motor: desde un Jaguar MK IX del 60 hasta un DeSoto del 59, pasando por un Mercedes 280 SL Cabria del 74 o un Porsche 914 de 1975. «La idea es exhibir un coche diferente cada quince días, porque así mantenemos el factor sorpresa, pero, al mismo tiempo, le damos tiempo suficiente al cliente para ver todos los vehículos», explica José López Brea, propietario del nuevo restaurante.
Este empresario nacido en Narón, pero criado de Holanda, reconoce que lo suyo no son los fogones, sino la mecánica y el motor. De hecho, en Santa Icía todo el mundo lo conoce por ser el responsable de Deal, un taller de mecánica rápida y neumáticos, pero también -y sobre todo- por su desmedida afición a los bólidos clásicos y deportivos. «Desde que era muy pequeño me apasionó este mundo: a los 21 años me compré mi primer coche, un Toyota Celica del 75, y ya no pude parar», apunta el empresario, quien, además de poseer una colección impresionante, también alquila vehículos históricos para bodas y celebraciones.
Pero López Brea también es un hombre con espíritu emprendedor y por eso se le ocurrió la idea de abrir un restaurante en el que fusionar sus dos pasiones: los coches y la gastronomía. «Me gusta mucho la buena cocina, pero solo para disfrutar de ella como comensal, así que el restaurante lo he dejado en manos del chef Manuel Bardanca, que es también un buen amigo», explica José.
Quienes se acerquen al Bugatti podrán disfrutar de coches clásicos, como clásicos también son los platos que salen de sus fogones: carne asada de la abuela, chocos en salsa, raxo, chipirones a la plancha... «De momento, hemos confeccionado una carta de propuestas tradicionales, pero poco a poco también iremos introduciendo recetas más elaboradas», apunta Bardanca. Eso sí, sea cual sea la receta elegida, el comensal podrá disfrutar de una «cocina de mercado», con productos frescos y del día. «La carta irá variando en función de cada temporada y de lo que haya en el mercado a diario; por ejemplo, ahora que estamos en época de caza y setas, lo que toca es preparar platos que lleven esos ingredientes», comenta el jefe de cocina.
El tiempo dirá si el Bugatti se convierte o no en un número uno de la hostelería , pero, de momento, el restaurante ha logrado hacerse con un buen puesto en la parrilla de salida. «El día de la inauguración fue algo impresionante; vino muchísima gente y el local se llenó hasta la bandera», advierte entusiasmado López Brea.