La ciudad antes de ser un icono

FUGAS

«The City of New York», 1870
«The City of New York», 1870 CURRIER and IVES / LIBRARY OF CONGRESS

Con un gran sentido del humor, Washington Irving escribió una crónica de la evolución de su ciudad, Nueva York, cuando todavía se llamaba Nueva Ámsterdam

05 ago 2016 . Actualizado a las 12:28 h.

El norteamericano Washington Irving (1783-1859) es conocido especialmente por sus dos cuentos fantásticos, La leyenda de Sleepy Hollow y Rip Van Winckle, así como su colección Cuentos de la Alhambra, nacidos de sus estancias en España, destino entonces por excelencia para los viajeros románticos, como era el caso de Irving. Su gusto por lo fantástico y sobrenatural anticipó obras posteriores de Poe, su dominio del relato influyó en la querencia norteamericana por este género y su influencia popular se dejó notar, por ejemplo, en la celebración de la Navidad, a la que dedicó varios relatos, incluido un pasaje en el libro que ahora nos ocupa, Una historia de Nueva York.

A pesar de las credenciales románticas de Irving, no hay que olvidar que en la voracidad lectora de su infancia demostró un gran interés por Daniel Defoe. Por tanto, su gusto por la sátira trasluce en este volumen, dividido en siete «libros» en los que el escritor traza la historia y genealogía de su ciudad, desde los albores de la Creación hasta la colonización por parte de los holandeses. Para ello, Irving echa mano con ingenio del recurso del «manuscrito hallado», en este caso, firmado por un tal Dietrich Knickerbocker -apellido vinculado más estrechamente aún a Nueva York gracias a Irving: he ahí el equipo de los Knicks-, que lo deja abandonado en una casa cuando huye sin pagar el alquiler. Sus arrendatarios lo «publican» para saldar la deuda.

Los cinco primeros capítulos del Libro Primero parodian las historias locales que se remontan a los inicios mismos del universo: Irving advierte al lector «perezoso» de que se lo puede saltar, pero se perdería unas páginas divertidas. Los siguientes libros arrancan con la exploración de Hudson de la bahía en torno a la que creció la ciudad, mientras buscaba «un paso a China» y concluye con numerosas páginas dedicadas a Pieter Stuyvesant y su papel en lo que entonces se llamaba Nueva Ámsterdam. Toda una visión de una ciudad que aún no era un icono.

Una historia de Nueva York. Novela. Washington Irving. Traducción de Enrique Maldonado Roldán. Nórdica Libros. 440 páginas. 23 euros