El tiroteo tuvo lugar en plena noche y los agresores pudieron confundir el barco con un mercante
13 ene 2012 . Actualizado a las 10:29 h.Todo apunta a que fue «una confusión», y que los piratas que atacaron el buque de guerra Patiño en el océano Índico la pasada madrugada «creyeron que se trataba de un mercante o de un petrolero, porque tiene una silueta muy distinta a la de una fragata y la agresión fue de noche, sin luz». Ese error lo pagaron los asaltantes con un muerto y seis apresados, cinco de ellos heridos.
Diferentes fuentes del Ministerio de Defensa y de la Armada, consultadas al respecto, coincidían ayer en dar esta explicación a la osadía de ese pequeño esquife que abrió fuego sobre el barco, con base en Ferrol y que desde diciembre pasado ostenta el mando rotatorio de la operación Atalanta de la Unión Europea.
Por motivos de seguridad evidentes, las citadas fuentes no quisieron detallar la posición concreta del buque ni la zona en la que operaba. Pero por las misiones anteriores que desarrollaba, todo indica que estaría navegando en las inmediaciones del golfo de Adén, al norte de Somalia, en el área más transitada por los buques de Naciones Unidas que transportan ayuda humanitaria al país y cerca del puerto de Yibuti, donde el Patiño tiene su base de operaciones.
De hecho, el navío se encontraba en esa zona a mediados de diciembre pasado, haciendo tareas de escolta por ese corredor seguro. Se trata de un barco de aprovisionamiento en combate y su silueta es muy diferente a la de las fragatas, los navíos que más proliferan entre las fuerzas desplegadas frente a Somalia por la operación Atalanta, tal y como se aprecia en el gráfico que acompaña esta información.
Disparos
El intercambio de disparos con los piratas se saldó con seis atacantes detenidos y que se encuentran a bordo del buque. Cinco de ellos resultaron heridos en el tiroteo. Según informó Defensa, en sus primeras declaraciones al ser interrogados a bordo del Patiño señalaron que otro tripulante del esquife falleció, y que su cadáver fue arrojado por la borda al mar por sus propios compañeros.
Desde el Gobierno se apunta a que ningún miembro de la dotación del barco español resultó herido durante el ataque. Esa tripulación está formada por unos 215 marinos, de los cuales un 40 % aproximadamente son de procedencia gallega, entre ellos el capitán, Jorge Manso.
Por lo que respecta a los corsarios heridos, tres de ellos fueron trasladados a las dependencias médicas de la unidad. Dos tienen heridas en las piernas (uno de ellos tuvo que ser intervenido quirúrgicamente a bordo del buque) y otro tiene una brecha en la cabeza.
La persecución
El ataque del pequeño esquife al Patiño comenzó con una ráfaga de disparos hacia el navío de guerra. El buque se respondió «con armamento ligero», utilizando metralletas y fusiles. Los piratas volvieron a tirar, por lo que el Patiño abrió «fuego de neutralización en autodefensa». En otras palabras, los disparos se dirigían a los motores de la embarcación para su paralización. Fue en ese fuego cruzado donde se abatió a un asaltante y se hirió a los otros cinco.
Solo en ese momento el esquife se dio a la fuga y comenzó su persecución por parte del helicóptero embarcado en el navío español. Durante su huida, los corsarios lanzaron al agua armamento, varios bultos y una escala para el abordaje de embarcaciones.
Aunque el helicóptero utilizó primero la megafonía para ordenar a los piratas que se detuviesen, finalmente hubo que recurrir, de nuevo, al «fuego de advertencia» para que se rindiesen, detuvieran su huida y pudieran ser apresados.
Posteriormente, los infantes embarcados se incautaron del esquife y detectaron balazos tanto en este como en el casco y en la chimenea del Patiño.