Un ladrón de sostenes en Catoira

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

CATOIRA

Una familia sufre el quinto robo de sujetadores en su tendal.

13 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Tender la ropa en Catoira puede ser una actividad de riesgo. De hecho, ya lo es para una familia de esta localidad pontevedresa, cuyas integrantes femeninas se lo van a tener que pensar dos veces antes de volver a colgar sus prendas de ropa al sol. Y es que, según cuentan, hasta en cinco ocasiones les han desaparecido los sujetadores que habían dejado tendidos.

Las primeras piezas que desaparecieron del tendal fueron las pertenecientes a la hija. Al principio, el extraño caso se atribuyó a un despiste, a una pérdida. Pero la teoría del despiste empezó a desvanecerse a medida que aumentaba el número de sostenes desaparecidos (y ya van por cinco). Además, la víctima ya no solo era la hija, sino también la madre.

Broma o fetichismo

«¿Para qué puede querer alguien unos sujetadores usados?», se pregunta una tercera integrante de esta familia. Ella, hasta el momento, no ha sufrido la desaparición de ninguna de sus pertenencias. Su madre y su hermana han manejado todo tipo de hipótesis: desde que se trate de una broma, hasta que sea cosa de un admirador, o de alguna persona con gustos fetichistas. La pregunta que se hacen las mujeres de esta familia de Catoira se repite en un bar situado en la otra punta de la localidad. Allí, los ladrones de tendales también han actuado últimamente. «Se llevaron todos los paños de cocina que teníamos puestos a secar fuera», cuentan las camareras de este establecimiento. En conjunto, afanaron un buen puñado de trapos de los «de trote, usados todos, que no sé para qué les podrían servir», cuentan, porque su valor, añaden las camareras, es cero. «Será cosa de la crisis, que ya vale cualquier cosa», ironizaba una de las empleadas del bar sobre lo acontecido hace ya algunas semanas, en plenas fiestas navideñas.