Las consecuencias de las horas de la discordia

La Voz

FIRMAS

23 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Cuando el pasado 16 de junio la Consellería de Educación informó a medios de comunicación y sindicatos de que la carga lectiva de los profesores de infantil y primaria pasaría de 21 a 25 horas semanales, seguramente era consciente de que los profesores no se quedarían de brazos cruzados.

¿Es la nueva carga lectiva la causante de que no haya festivales?

No. Entre otros motivos porque pueden organizarse en horario lectivo y además algunos claustros decidieron mantenerlos, pero solo para los pequeños. Se trata de una medida de protesta que además han valorado los centros educativos casi siempre de forma individual. Desde el inicio de curso se realizaron diversos actos reivindicativos, y este es uno más de ellos. Otra cosa son actividades de dinamización que se realizaban en esas horas que ahora se han convertido en jornadas de clase y que, por lo tanto, si el personal del centro tiene completado su horario, ya no pueden realizarse.

¿Están en su derecho los profesores de suprimir las actividades?

Todas las actividades complementarias, lúdicas, o excursiones al exterior que no fije el calendario escolar son voluntarias por parte de los profesores. En ocasiones, como son las salidas o visitas, implican que el docente emplee tiempo personal en sus alumnos, a lo cual no está obligado. Así que pueden suprimir todas las iniciativas que de forma voluntaria realizaban para dinamizar la vida escolar.

¿Se repetirá la situación el próximo curso?

Probablemente no. Este año los profesores han tensado la cuerda esperando un gesto de la consellería. Sea porque las arcas públicas no permiten ni un mínimo gesto, o por otra razón, la Xunta no va a dar marcha atrás. Y los profesores han demostrado en su mayoría preocuparse por el alumnado. La nula cobertura de bajas durante el mes de diciembre, que obligó a los docentes a cubrir como pudieron a sus compañeros, demostró que la responsabilidad se antepone a cualquier reivindicación, aunque los profesores deben asumir que no hay sector que no esté haciendo sacrificios.