«Sin Navantia, Ferrol se muere»

Beatriz García Couce
beatriz couce FERROL / LA VOZ

GALICIA

JOSÉ PARDO

La falta de obras en el naval se traduce en siete despidos cada día

01 feb 2012 . Actualizado a las 12:30 h.

Recibió la carta de despido hace quince días, aunque trabajó hasta el pasado lunes en el astillero ferrolano. Tras dos años y medio como empleado de Tecnymo, una de las compañías señeras del sector naval de la comarca, Samuel Díaz se ha convertido, muy a su pesar, en uno de los rostros de la crisis que se lleva por delante centenares de empleos en las empresas auxiliares de Ferrolterra. Con dos niñas pequeñas y con la amenaza del despido planeando también sobre su mujer, Samuel insiste en que los ferrolanos tienen que apoyar en estos momentos sin fisuras a una industria, la naval, que sigue siendo el motor de la actividad económica de la comarca.

«El pueblo no está mentalizado de la gravedad de la situación y Ferrol sin Navantia se muere», insiste. Este operario de la rama del metal, que como otros muchos de sus compañeros trabajó en distintas compañías auxiliares de los astilleros públicos, llegó a la concentración de los trabajadores de Navantia en el Concello con un encargo para el presidente del comité de empresa: que le entregase su carta de despido al alcalde, José Manuel Rey Varela, como prueba de que detrás de las cifras de despedidos de los astilleros de la ría se encuentran personas con rostro, familias y muchas preocupaciones por su futuro. Y así lo hizo el sindicalista.

Desde antes de las vacaciones de Navidad, y en el marco de las protestas para concienciar a la población del drama que se está viviendo en las antiguas Astano y Bazán, en los alrededores de los astilleros cuelgan los buzos de los cientos de operarios que han ido perdiendo sus empleos en los últimos meses, a un ritmo de siete despidos cada jornada.

Compañías como la que hasta hace dos días daba ocupación a este trabajador metalúrgico han comenzado a buscar contratos en los mercados internacionales, con el fin de evitar que la crisis de pedidos e inactividad a la que parecen verse abocados los dos astilleros de la ría ferrolano acabe por llevárselas por delante. «De hecho, de mi empresa ya están mandando gente para Uruguay», un destino en el que se está abriendo camino el naval ferrolano.

«La gente no está mentalizada, se da por vencida y aquí hay mucho aún por luchar», concluye Samuel Díaz, que hace suya la cita de Martin Luther King: «No me duelen los actos de la gente mala, me duele la indiferencia de la gente buena».