Una asociación denuncia que beben e inhalan un gel antiséptico que se utilizaba para lavar las manos sin agua
02 may 2012 . Actualizado a las 12:57 h.Después de que en las últimas semanas los grupos de la oposición denunciasen la presencia de menores de hasta 12 años en los botellones que todos los fines de semana se organizan en los jardines de Méndez Núñez, en pleno centro de A Coruña, ayer fue la asociación ecologista Arco Iris la que dio otra vuelta de tuerca advirtiendo de que entre estos menores se está popularizando el consumo de sustancias mucho más tóxicas que el alcohol.
Apuntan que en las últimas semanas han tenido conocimiento, a través de personas que participan habitualmente en los botellones, de que en ellos se está empezando a consumir un líquido antiséptico que se adquirió en grandes cantidades durante la pandemia de la gripe A para prevenir contagios, especialmente en el ámbito hospitalario, pero también en otros centros públicos como edificios administrativos y colegios. Apuntan que los grupos de chavales han empezado a inhalarlo en el botellón y que, en algunos casos, llegan a ingerirlo, mezclado con alcohol y refrescos.
Los efectos de este líquido sobre la salud no son menores. El propio envase del producto advierte de que «los vapores pueden ocasionar mareo y somnolencia». Pero este sería el menor de los problemas. Su consumo por vía oral podría provocar, además, problemas esofágicos, gástricos e incluso daños neurológicos.
¿Y de dónde viene esta práctica? Desde Arco Iris no dudan en señalar que el auge de los antisépticos como complemento al alcohol en los botellones «ha sido importado por las bandas latinas, que ya empiezan a verse por la ciudad». Apuntan, en todo caso, que se trata de una moda reciente que se debe al acceso «fácil y barato a sucedáneos del alcohol, al que tienen denegado el acceso hasta los 16 años». Y es que, explican los portavoces de la asociación ecologista, el producto fue adquirido en grandes lotes hace más de dos años por el Sergas y, ante los excedentes generados, «se puede encontrar ahora fácilmente en ferias como la de Carballo o Paiosaco, e incluso en mercadillos en la ciudad de A Coruña, como el del barrio del Ventorrillo. El problema es que caen en manos de estos chicos, que no son conscientes de los riesgos que entraña su consumo para la salud».
Fenómeno limitado
Pese a la gravedad de la denuncia, en Arco Iris señalan que, de momento, el consumo de antisépticos es un «fenómeno limitado, muy circunscrito a las bandas» en las que se habría originado, pero advierten de la necesidad de lanzar un mensaje de advertencia para «cortar el problema de raíz». En ese sentido, reclaman al Ayuntamiento que extreme las medidas de prevención para evitar que los menores puedan consumir estas sustancias en la vía pública, pero, sobre todo, para intentar atajar su presencia en los botellones.
«Es previsible que incluso en breve plazo puedan formar parte de la gran variedad de drogas presentes en el botellón algunas hasta ahora desconocidas por nuestros jóvenes, pero muy corrientes en Sudamérica, como pegamentos y disolventes», advierten desde Arco Iris, que entienden que no son suficientes las medidas anunciadas hasta ahora por el gobierno local para intentar controlar el botellón. El Ayuntamiento anunció hace menos de un mes que ya tiene el permiso de la Delegación del Gobierno para instalar cámaras de videovigilancia en los jardines de Méndez Núñez, con las que pretende evitar actos vandálicos contra el patrimonio municipal y también reyertas entre los jóvenes.
Si las federaciones vecinales y la patronal de hosteleros reclamaron la prohibición expresa del botellón en toda la ciudad, la asociación ecologista reclama al menos un incremento de la presencia policial para prevenir la entrada a menores.
El Ayuntamiento remite al 091
Por su parte, desde el Ayuntamiento aseguran no tener constancia del tema y se remiten a la Policía Nacional por tratarse, dicen, de un asunto relacionado con el consumo de «estupefacientes», por lo que entienden que sobrepasa las competencias de la Policía Local.
Casi 200 denunciados en un año
Al margen de la aparición en A Coruña de casos en los que se consumen sustancias tóxicas, el botellón en sí ya se ha convertido en un problema social grave. Así lo consideran los profesionales sanitarios consultados, que ven en la práctica de beber alcohol a edades tempranas una actividad que puede tener graves consecuencias para el futuro. Según los últimos estudios, la edad para beber alcohol se ha reducido y cada vez hay más adolescentes que acceden con relativa facilidad al alcohol, y no solo en botellones. El año pasado, la Policía Autonómica denunció en Galicia a 192 menores por consumir bebidas alcohólicas en locales de hostelería. Por ese motivo, los agentes denunciaron a 138 locales.