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Escenas de dolor entre las maestras y los sanitarios que intentaron reanimarla

La Voz

GALICIA

24 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Lo vivido ayer en el centro educativo infantil de Betanzos fue una auténtica tragedia, con escenas de profundo dolor. Cuando las cuatro monitoras que trabajan en la Galiña Azul de Betanzos en verano vieron a Cristina con su puerpo hundido en el agua, mientras unas la rescataban y le practicaban los primeros ejercicios de reanimación, otra llamó al 112. En cuestión de minutos se presentaron en la escuela la pediatra del centro de salud de Betanzos, ubicado a escasos cien metros del colegio, y dos ambulancias. Entre todos lucharon durante casi una hora por volverla a la vida. Hubo un momento, según fuentes sanitarias, que se pensó que la habían salvado. Su corazón latía y respiraba. Pero se les fue.

La salida del centro educativo de los miembros del equipo de emergencias, una vez que el médico certificó la muerte de la pequeña, fue tremendamente trágico. Salieron todos llorando. Impotentes. Luego se presentó la jueza de Betanzos, acompañada de una médico forense, que ordenaron el levantamiento del cadáver cuando los padres de la pequeña todavía estaban en la escuela arropados por la conselleira de Traballo e Benestar, Beatriz Mato, que se mostró profundamente consternada por el trágico suceso; el gerente del Consorcio galego de Benestar, Roberto Rodríguez, y el alcalde de Betanzos, Ramón García, acompañado de varios concejales. Mientras la conselleira declinó pronunciarse, el regidor lamentó una desgracia que «una vez más nos afectó en lo más hondo». Tuvo unas palabras de cariño y ánimo a los padres de la pequeña y ordenó la suspensión de todas las actividades municipales para hoy. La Xunta, por su parte, también decidió mantener cerrado hoy el centro, si bien se cree que el jueves volverá a abrir sus puertas.

Los niños no se enteraron

Las monitoras del centro se comportaron «de modo ejemplar», según fuentes municipales. A pesar de lo que ocurrió, ninguno de los críos que estaban en la escuela llegó a sospechar de que algo malo había ocurrido. A los pocos minutos del accidente, las maestras llamaron a todos los padres para pedirles que fueran a recoger a sus hijos, lo que también provocó escenas de nerviosismo y dolor. Se espera que el entierro de Cristina sea hoy.