Las operadores achacan los problemas a trabas de los concellos para instalar antenas
30 jul 2012 . Actualizado a las 10:32 h.Estar apagado o fuera de cobertura constantemente en un céntrico piso de Ourense o tomar un café en un local del centro de esa ciudad y quedarse incomunicado son realidades con las que conviven cientos de vecinos en puntos negros de cobertura móvil. Es el caso de la confluencia de las céntricas calles avenida de La Habana y Florentino Cuevillas. No es la única zona oscura de la telefonía móvil en pleno centro urbano. Ni tampoco es la única ciudad gallega que tiene problemas. Los hay, por ejemplo, en el casco histórico compostelano; en varias calles o locales de hostelería y comercio del Casco Vello de Vigo, lo que supone pérdidas para los empresarios; en la avenida das Fontiñas, en Lugo; en la zona vieja de A Coruña, o en barrios del área metropolitana coruñesa como A Zapateira.
Pero además de las ciudades, esos problemas se extienden por cascos históricos de villas más modestas como Ribadeo o Viveiro; por la autovía A-6, por la autopista AP-9, por la vía de alta capacidad que une Lugo y Sarria; por la vía de tren que une A Coruña y Vigo; por algunas áreas del entorno de los aeropuertos de A Coruña o Santiago o incluso en hospitales de nueva construcción como el Hospital Lucus Augusti, en Lugo. Todos ellos son como islas donde la cobertura de móvil todavía no ha logrado colocar su bandera. Servicios que se entrecortan o puntos en los que no se puede hacer llamada alguna son deficiencias frecuentes. Por no hablar de muchas de las parroquias del medio rural.
Fuentes del sector de las operadoras atribuyen ese tipo de problemas a las dificultades para poder colocar antenas. «Galicia es una de las comunidades en las que hay más obstáculos», dicen. Como ejemplo está la normativa contra antenas que hay en el casco histórico compostelano. Y desde la Axencia para a Modernización Tecnolóxica de Galicia, que el viernes suscribió un convenio con Telefónica para mejorar la cobertura en las áreas urbanas y en las vías, matizan que «no existe una obligación de cobertura universal en la telefonía móvil. Por eso no se puede obligar a los operadores a disponer de cobertura en lugares concretos».
Eso es lo que ocurre en algunos concellos del norte como Monfero, que está negociando con la Xunta la colocación de nuevas antenas, o Valdoviño, que ha demandado la mejora de la cobertura.