El PSOE echa al BNG del gobierno de Viveiro «harto de insultos»

Salvador Serantes VIVEIRO / LA VOZ

GALICIA

Seguirá en minoría pese al deseo del PP de pactar con los nacionalistas

25 sep 2012 . Actualizado a las 11:40 h.

Horas después de que el BNG anunciase que seguiría apoyándolo hasta el 30 de noviembre, el PSOE zanjó las divergencias con sus socios nacionalistas expulsándolos del gobierno de Viveiro. Desvelada a media tarde de ayer, la destitución será oficial el día 1. Los socialistas seguirán gobernando en minoría, si los tres grupos que ahora forman la oposición no se alían. Podría relevarles el PP, que ayer mismo reiteraba su disposición a pactar con el BNG, pero los nacionalistas lo rechazan, al igual que los dos ediles de Independientes de Viveiro (escindidos del PP). Como telón de fondo, discrepancias políticas y falta de sintonía entre los líderes.

La expulsión ha estado precedida de tres reprimendas públicas del BNG. Todas por los presupuestos del Concello, que funciona con unos prorrogados desde el 2008. Incluso el sábado, cuando el nacionalista Bernardo Fraga anunció que elaborar este año el proyecto económico del 2013 era «a última oportunidade» para el PSOE, reiteró sus críticas y le acusó de «enganar unha vez máis», a ellos, como socios, y a los vecinos.

Lo político y lo personal

Esos reproches, sobre todo la «acusación de engañar a los vecinos», han sido interpretados por los socialistas como «insultos», en palabras del alcalde, Melchor Roel. El regidor atribuye la ruptura con el Bloque «a una torpeza política, que coloca al gobierno de Viveiro en la inadmisible situación de depender de una parte de sí mismo». En esa disyuntiva, continuarán solos porque «dentro del mismo gobierno no se puede aguantar el insulto como norma». Defiende la labor de gestión conjunta, pero repite que el pacto «duró todo el tiempo que pudimos soportar actitudes personales ambiciosas de quien quiere estar en el gobierno, en la oposición y mantenerse al margen».

Bernardo Fraga admite que no se esperaba «a expulsión agora». Insiste en que el PSOE «incumpríu o pacto co BNG e cos veciños, o que di moito da actitude do alcalde e da súa forma de ser». Recalca que elaborar los presupuestos cada año «é unha obriga legal» que en Viveiro no se cumple pese «á nosa xenerosidade por un goberno estable». Niega los «insultos», recalca que el Bloque «non calará ante ninguén» y lamenta «a ruptura unilateral, cando nun goberno democrático debería primar o diálogo e o entendemento, pero nós xa tildamos isto de ditadura».

Socialistas y nacionalistas sí coinciden en su propósito declarado de «non permitir que a dereita goberne Viveiro», como recordaron ayer Roel y Fraga. El PP, por medio de su portavoz Antonio Bouza, volvió a mostrar su deseo de regir el municipio, abriendo los brazos al BNG, «porque das 188 propostas do seu programa electoral, podemos asumir 187».

Pasado mañana está convocado en Viveiro un pleno en el que, de hecho, los socialistas ya funcionarán en minoría. Queda por ver si la ruptura en Viveiro tiene consecuencias fuera del municipio. Por ejemplo, en la Diputación de Lugo, donde el PSOE está aliado con el BNG.