Encontró el dinero en un sobre tirado en una gasolinera de Xinzo
24 nov 2012 . Actualizado a las 10:31 h.Víctor Gómez Rodríguez tiene 31 años y lleva tres en paro. Aunque es natural de Xinzo, actualmente vive en Verín junto a sus padres. El pasado martes por la tarde, Víctor se desplazó a Sandiás, pero antes quedó con un amigo en la gasolinera Lagoa de Antela, a la entrada de la capital de A Limia, para verse y tomar un café. «Al salir de la cafetería vi un sobre en el suelo y lo pisé. Noté que había algo y lo recogí», explica. Efectivamente. Del sobre salieron varios billetes de 500 euros «y alguno de 10», puntualiza. Aunque no contó el dinero, una factura especificaba el montante de 12.500 euros. «Enseguida pregunté a mi amigo si el sobre era suyo. Me dijo que no. También le preguntamos a otro hombre que andaba por allí que, tras mirarse los bolsillos, dijo que tampoco», relata Víctor. Sin pensárselo, regresó a la cafetería y le contó lo sucedido al dueño. Le dejó el sobre con su número de teléfono y el nombre por si aparecía el propietario. Aun así, para quedarse más tranquilo, contó lo sucedido a la Guardia Civil de la villa.
«Si hubiera encontrado el sobre en una calle cualquiera no sé qué haría, pero en esta gasolinera paran muchos camioneros y pensé que a lo mejor la persona que perdió el sobre vendría de cobrar en varios sitios y que al volver a su empresa tendría un problema gordo e incluso lo echarían», dice el hombre. Al cabo de pocos minutos, Víctor recibió una llamada. El dueño del dinero había aparecido. De nuevo se citaron en la gasolinera. «La verdad es que al principio fue un poco frío. Me dio 200 euros, me dijo que todo estaba bien y rápidamente se despidió de mí», comenta. «Me quedé algo preocupado. Pensé que a lo mejor no era la persona. Pero me volvió a llamar al día siguiente más calmado y de nuevo agradeciéndome lo que había hecho». El propietario del sobre es un empresario de la patata en Xinzo. «Le comenté que estoy en paro y me dijo que ahora no, pero que me llamará cuando tenga trabajo, cuando llegue la hora de recoger la patata para llevar una máquina». De momento Víctor tendrá que esperar. Tras trabajar varios años en una empresa de recambios para Citroën, se quedó sin trabajo. «Ya sabes, por esto de la crisis», dice. El hombre no se ha arrepentido en ningún momento de su acto: «¡Claro que el dinero me hubiera venido muy bien!, pero es verdad que hay mucha gente que lo está pasando mal y nunca me hubiera quedado tranquilo, pensando que perjudicaría a alguien».