La investigación del accidente de As Pontes apunta a que el niño viajaba correctamente en su silla de seguridad, en la parte trasera derecha de un coche clasificado como seguro. Y, sin embargo, perdió la vida. La violencia del impacto frontal fue tal que lo más probable es que muriese desnucado. Antonio Rodríguez Sotillo, jefe de la Unidad de Lesionados Medulares del Chuac, conoce bien ese tipo de lesiones, aunque en la mayoría de las ocasiones se producen por una mala sujeción de los niños en el coche. «Lo más frecuente -afirma- es que nos lleguen casos de menores con graves lesiones por no ir bien sujetos». No parece que haya sido así en el caso de As Pontes, por eso sorprende más. «Los sistemas de seguridad salvan vidas, pero no son una garantía absoluta», dice Sotillo, que por eso advierte de la necesidad de «extremar las precauciones cuando se circula en un vehículo, sobre todo si se viaja con niños».
Este accidente se produce en pleno debate sobre la conveniencia de utilizar las sillas infantiles en sentido contrario al de la marcha para evitar los peligrosos latigazos cervicales en niños. De espaldas a la marcha, si se produce un frenazo brusco o un impacto frontal, las cargas se reparten de manera más homogénea entre la cabeza, el cuello y la columna vertebral de los menores, como explica en la revista de la DGT Antonio Lucas, coordinador de seguridad vial del RACE. «Viajar en sentido contrario al de la marcha reduce un 75 % los riesgos de sufrir lesiones», asegura. El ingeniero experto en seguridad vial Jesús Monclús aconseja «que los niños viajen mirando hacia atrás todo el tiempo posible».
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