Un criador de Muxía sacrificará 20 perros porque no tiene para alimentarlos

Juan Ventura Lado Alvela
j. v. lado CEE / LA VOZ

MUXÍA

Necesita un empleo y que alguien acoja los animales porque no puede pagar 500 euros de pienso cada mes

09 may 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Empezó con muy buenas perspectivas en momentos en los que la cría de perros de raza le reportaba beneficios apreciables y le permitía disfrutar de su pasión por el cuidado de estos animales. Incluso aprovechó los 50.000 euros que le dieron por desguazar el María Fátima y abandonar el mar para disponer de unas instalaciones envidiables con 14.000 metros cuadrados a la entera disposición de sus protegidos, que llegaron a ser más de 150. Pero ahora, cuando la crisis aprieta para todos y especialmente a los que se dedicaban a una actividad que era «artigo de luxo», el muxián José Ramón Pérez Abelleira se muestra incapaz de «seguir tirando para adiante» y dice que tendrá que sacrificar unos 20 perros porque no tiene con qué alimentarlos. Lleva «dous anos case sen recibir unha chamada». Los cachorros por los que antes le pagaban «entre 50.000 e 60.000 pesetas» ahora, como mucho, llegan a los 80 euros.

«Non son ladrillos nin carretillas. Non poden quedar aí esperando a ver se as cousas melloran. Comen todos os días. Non hai ganancia ningunha, só gastos. Ata o momento fun tirando co que fun aforrando cando isto ía ben, pero na hucha, se sacas sempre e non pos, enseguida se lle ve o fondo», relata José Ramón, que no se puede permitir gastar los 500 euros al mes que le cuesta el pienso. «Agora teño que mirar por coméremos nós», sentencia.

En ese camino, a sus 47 años, lo primero que se le ocurrió fue recorrer todos los puertos, «os de Galicia e máis algún de Asturias», confiando en que su experiencia como marinero le abriese puertas, «pero non hai nada, nin no mar nin en terra», con lo que ya le da igual. Trabajaría «no que sexa, pero en algo» para, de esta manera, «poder vivir» y no abandonar del todo una pasión de dos décadas.

Cuando empezó «cos pastores alemáns chegaba» porque «antes de ter a camada lista para vender xa estaba a xente chamando», afirma, pero la cosa fue a menos y pese a que hasta el momento trabajaba «sete ou oito razas» ya no hay ventas, más que las de los escasos sacos de pienso a los que les gana «dous ou tres euros», que no le llegan para vivir porque «para iso faría falta moito máis volume».

Lleva «cinco anos aguantando» y, si encontrase un empleo pronto, se plantearía seguir «con 10 ou 12 cans» y transformar el criadero en residencia «porque así, se alguén os trae para cuidar gáñase algo e, se non, polo menos non hai gasto», pero de momento esa opción se ve lejos y lo único que ha podido hacer es difundir un mensaje en las redes sociales en el que pide familias que puedan acoger a los perros.

José Ramón especifica las razas de las que tiene ejemplares y suplica para que no se conviertan en otras víctimas más de la crisis. La ayuda, si llega, deberá ser urgente, porque «o peche do criadeiro é absolutamente irreversible». En caso de que nadie se pueda hacer cargo de los perros tendrá que sacrificarlos.