La madre del joven sobre el que pesa la acusación de clavar un cuchillo en el corazón de Alejandro Arenas, Jonnier, denunció en el juicio que después del crimen tuvo que cambiar de casa hasta en dos ocasiones debido a las amenazas recibidas, supuestamente, del entorno de la procesada. Le decían que sabían su domicilio y el de toda su familia en Colombia, exigiéndole que su hijo debía cambiar de versión. Esto se produjo cuando el presunto autor material cambió su declaración para culpar a la supuesta inductora. El mismo acusado reconoció el primer día del juicio que en prisión debe estar protegido por amenazas.
En la sesión de ayer se habló mucho de la participación del exmarido. Su abogado, el penalista Gutiérrez Aranguren, recordó al policía que instruyó la investigación que contra él no hay nada más que las declaraciones de los procesados, personas que han cambiado muchas veces sus versiones. Ni su móvil se sitúa en el lugar del crimen ni se le interceptó correo alguno que lo incrimine. Solo una llamada de teléfono que le realiza al presunto autor material a la mañana siguiente del crimen, en la que no se pudo averiguar lo que se dijeron, lo vincula. Para la policía, es el gancho, la persona que atraería a la víctima hacia él -se conocían- para que el autor material saliese del escondite y le clavase el cuchillo. El hombre siempre dijo que esa noche durmió en casa.