«Me gustaría ver en el Bloque una condena clara a Resistencia Galega»

José Manuel Pan
josé manuel pan REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

Prohibiría escraches «ante un domicilio, para molestar a una persona»

29 sep 2015 . Actualizado a las 16:52 h.

Semana convulsa en la Delegación del Gobierno tras conocerse el expediente al diputado Jorquera (BNG) y a otras siete personas por alterar el orden público durante el intento de desahucio de una vecina en A Coruña. Al delegado, Samuel Juárez (La Bañeza, León, 1962), se dirigen las críticas de vuelta «ao franquismo». «Es curioso que ese argumento haya sido planteado también por el portavoz del PSOE, porque la infracción de Jorquera está tipificada en una ley socialista, no franquista», dice Juárez. -¿Pero ha cambiado algo con este Gobierno del PP? -No, la ley es la misma, de 1992. Lo que pasó el día del desahucio fue una manipulación de determinadas personas, con una intencionalidad política, de la desgracia personal de una señora. Una manipulación pura y dura. Se escoge el caso de una señora mayor, que está sola, para ponerlo como ejemplo de que ellos la defienden, que el que desahucia es el PP. Y lo que se hace con el expediente a Jorquera y a otras siete personas es cumplir la ley. -Ellos alegan que con su acción se impidió una injusticia. -Me parece una barbaridad que una comisión judicial que va a ejecutar una sentencia firme encuentre una algarada en la calle, con violencia hacia los policías que la protegen, y que eso se simplifique como que estaban impidiendo una injusticia. Sea o no una injusticia, a ellos no les corresponde enjuiciarlo, y mucho menos a un diputado, como es Jorquera. Eso me parece más grave en un representante público que en otra persona. -¿Hay demasiada crispación? -Hay una parte de la sociedad molesta por la situación actual. Pero la crispación es más lo que se fomenta desde determinados ámbitos políticos. Y es evidente que desde la oposición hay una estrategia para crispar. -¿Qué le parece lo que está pasando en el Parlamento? -Es una vergüenza. La mayoría de los ciudadanos no comprenden lo que sucede allí. -¿Y eso se lo dijo usted a Beiras cuando lo recibió en el despacho? -No le dije nada porque no hablamos de eso. Me pidió la entrevista para hablar de otra cosa. -Lo recibió tras una bronca con Feijoo en el Parlamento. ¿Tuvo presiones de su partido por recibirlo? -Nadie me presionó. Hay que distinguir la parte política de la institucional. Y si el portavoz de un grupo parlamentario quiere verme tengo que estar siempre a disposición, porque represento al Gobierno. -¿Comprende los escraches? -Me parece que ir a molestar a una persona en su entorno familiar, en su casa, está fuera del ámbito del derecho de reunión, que lo que pretende es que se puedan manifestar en la calle y hacer oír sus opiniones a los representantes públicos, pero en su faceta pública, no en la privada. -¿Autorizaría un escrache? -La Delegación del Gobierno no autoriza manifestaciones. Son un derecho, solo se exige el requisito de ser comunicadas. -Entonces, ¿si le comunican un escrache, lo prohibiría? -Si es una protesta delante de un domicilio para molestar a una persona, a su familia o para ridiculizarla y que no se sienta segura, pues la prohibiría. -¿Hay un desprestigio de la clase política? -Es evidente que sí, y uno de sus orígenes está en los casos de corrupción. Otro, en los comportamientos de algunos en el Parlamento. Aquello es un griterío. -Habla de corrupción, y hay alcaldes imputados, como los de Lugo y Santiago, que siguen en el cargo. Eso no da buena imagen. -No contribuye a dar buena imagen, pero tampoco creo que por estar imputado alguien tenga que dimitir. La dimisión es una decisión personal, y respeto mucho al que dimite, pero también al que dice que no ha hecho nada malo y quiere defenderse. Sería muy deseable que las imputaciones que estamos viendo en los casos de Santiago y Lugo se aclaren cuanto antes. -¿Pero tendrían que dimitir? -Hasta que no se abra el secreto de sumario difícilmente se puede expresar una opinión. Cada uno tiene que valorar si quiere vivir con esa presión, si le merece la pena, si le va a influir en la carrera política. Y hubo casos de políticos imputados que tuvieron que dimitir y luego fueron absueltos. -¿El alcalde de Santiago, de su partido, el PP, debe dimitir? -Como no sé de qué acusan al alcalde de Santiago, no puedo opinar. -Cargas policiales, expediente a Jorquera y a otros cargos públicos. Se acusa al PP de una vuelta atrás en derechos sociales. ¿Hay vuelta atrás? -Ni muchísimo menos. Es un tópico que utilizan determinados partidos para caricaturizar al PP, y no responde a la realidad. Cuando gobierna el PP hay partidos que intentan incendiar la calle y ganar en ella lo que no ganaron en las urnas. Y más bien oigo críticas al contrario, que se quejan de que somos muy permisivos. Además, ¿dónde hay acciones represivas?, ¿cuándo? -En actuaciones policiales... -Desde que yo estoy aquí, cargas policiales muy poquitas. Salvo algún hecho grave como el de Ferrol al inicio de la campaña electoral. Ahí la policía más que cargar se defendió como pudo. Y en el caso de Jorquera, en el desahucio de A Coruña, lo que se vio fue a la policía aguantando las acometidas de unos bárbaros. -¿En qué situación está Resistencia Galega? -Resistencia Galega es una organización terrorista, y con el pasado que tenemos en España, tener dobles lenguajes y comprensión con ese grupo, como observo en algunos políticos, es incomprensible. -¿En qué políticos? -Hombre, he observado como por parte del Bloque se habla de violencia de móvil político. Entre decir eso y decir que son presos políticos va poquito. Con lo que hemos sufrido con el terrorismo, cualquier comprensión con eso me parece insólito. Esta organización terrorista tiene un móvil que comparte con algunos grupos políticos. Yo pido a esos grupos un desmarque más claro. -¿Está diciendo que el Bloque tiene comprensión con Resistencia Galega? -Hombre, yo tengo encima de la mesa una proposición no de ley del Bloque donde pide acabar con la política de dispersión de presos. Me preocupa porque entender que la política de dispersión de presos es un castigo a las familias es no entender que se trata de evitar que los miembros de una organización terrorista sigan organizados en la cárcel y sometidos a la disciplina de la organización. Y que todavía no se haya muerto nadie no significa que no sea terrorismo. -¿Es un peligro real? -Me parece que no hay que hacer de menos este fenómeno. Sería imperdonable que el Gobierno minimizase un problema de este tipo. Yo soy el delegado del Gobierno de una comunidad donde hay una organización terrorista activa y sería una irresponsabilidad que yo minimizase ese problema. Son gente que para lograr objetivos políticos pone bombas. Creo que es muy miope no verlo. -¿Y cree que el BNG no lo ve? -No sé si lo ve, pero he visto determinadas actitudes y opiniones que me preocupan. Y no estoy acusando al Bloque de amparar a esta gente, pero me gustaría ver por su parte una condena más clara y más inequívoca.